Alrededor de mis veinte años me encantaba salir por la noche con mis amigos y llegar de madrugada, lo normal a esa edad. Vivía con mis abuelitos y ellos nunca me daban permiso de salir por las noches. Ellos tenían otras costumbres y no era correcto salir hasta tarde en esos tiempos y lo que hacía era que me iba temprano diciéndoles que me quedaría a dormir con mi mamá, ella vivía cerca y algunas veces sí me quedaba a dormir con ella.

Hace poco a dos compañeros y a mí nos toco trabajar de noche en un pueblito y terminamos muy de madrugada, las personas con las que estuvimos trabajando nos dijeron que mejor nos quedáramos porque ya era muy tarde y estábamos cansados pero les dijimos que no porque teníamos que estar temprano con otro cliente.

Es una historia paranormal, la familia de mi papá es de un rancho cerca de Jalisco, mi papá me ha contado infinidad de historias de ahí, él nació en 1943, pero una de las más impactantes es que esa tierra era bastión de cristeros

Cuando iban a medio camino empezaron a escuchar risas, se pusieron nerviosos porque, aparte de la oscuridad no había casas en los alrededores, y las risas se escuchaban macabras entonces se echaron a correr

Platicaba mi abuelo que había una casa que estaba por el rumbo de Guadalupe y que nadie duraba viviendo en esa casa porque decían se aparecían fantasmas y se escuchaban ruidos

Íbamos por un sendero en el bosque y en un claro vimos seis hadas ordenadas en zig-zag a los lados del sendero

Esta es la anécdota de mi amigo nahual, él es de Michoacán de la zona de tierra caliente. Yo era nuevo en la unidad y este amigo se quedó atrás (andábamos por el espinazo del diablo en Durango) y el se quedó sentado en unas piedras por qué dijo que iba a descansar

Un amigo mío me contó varias experiencias que ha tenido como enfermero nocturno y paramédico; la que más me impresionó fue la presencia inexplicable en el hospital de una niña jugando a medianoche.