- No hay nada que Dios no pueda restaurar.

- No importa hace cuánto tiempo esté herido, roto o quebrado. Dios lo puede restaurar.

- No hay nada que Dios no pueda restaurar.

1 Samuel 30:1-6 NTV

30 Tres días después, cuando David y sus hombres llegaron a su casa en la ciudad de Siclag, encontraron que los amalecitas habían asaltado el Neguev y Siclag; habían destruido Siclag y la habían quemado hasta reducirla a cenizas. 2 Se habían llevado a las mujeres y a los niños y a todos los demás, pero sin matar a nadie.

3 Cuando David y sus hombres vieron las ruinas y se dieron cuenta de lo que les había sucedido a sus familias, 4 lloraron a más no poder. 5 Las dos esposas de David, Ahinoam de Jezreel y Abigail, la viuda de Nabal de Carmelo, estaban entre los que fueron capturados. 6 David ahora se encontraba en gran peligro, porque todos sus hombres estaban muy resentidos por haber perdido a sus hijos e hijas, y comenzaron a hablar acerca de apedrearlo. Pero David encontró fuerzas en el Señor su Dios.

1. David admitió su dolor

Dios no puede sanar una herida que tu orgullo está tratando de ocultar.

2. David se fortaleció en Dios

Cuando tú no puedes dejar de llorar, te conviertes en una víctima de tus circunstancias.

1 Samuel 30:8, NTV

8 y David le preguntó al Señor:

—¿Debo perseguir a esta banda de saqueadores? ¿Los atraparé? Y el Señor le dijo:

—Sí, persíguelos. Recuperarás todo lo que te han quitado.

3. David Busca, la dirección De Dios.

Todo lo que el enemigo toca sangra, pero todo lo que Jesus toca sana.

1 Samuel 30:10, NTV

10 Pero doscientos de ellos estaban demasiado cansados para cruzar el arroyo, por lo que David continuó la persecución con cuatrocientos hombres.

4. David siguió adelante

1 Samuel 30:17, NTV

17 Entonces David y sus hombres se lanzaron contra ellos y los mataron durante toda la noche y durante todo el día siguiente hasta la tarde. Ninguno de los amalecitas escapó, excepto cuatrocientos jóvenes que huyeron en camellos.