Este miedo a perder a un ser querido o necesidad de aferrarnos a algún objeto significativo se puede manifestar de diferentes formas: 

ya sea a través de la muerte de un ser querido, rompiendo lazos afectivos, o terminando una relación. Podemos perder un objeto que tenga mucho valor para nosotros o puede suceder algo que nos obligue a cambiar nuestros hábitos, rituales, rutinas o situación familiar, generando esa sensación de pérdida, como pudo haber sucedido durante esas etapas difíciles que debimos enfrentar.

Independientemente de cómo experimentemos la pérdida, siempre es difícil. Las pérdidas conllevan emociones como dolor, angustia, decepción, ira, frustración, miedo y desesperación. De hecho, podemos sentir miedo de perder a alguien o algo aún sin experimentar una pérdida real.

En todas las etapas de nuestra vida, el miedo a la pérdida afectiva es una experiencia humana muy común. Si bien sabemos que siempre existe la posibilidad de perder a algún ser querido u objeto significativo, tenemos la necesidad de relacionarnos emocionalmente y afectivamente. Por lo tanto, ese miedo es completamente normal y legítimo y no debemos sentirnos débiles o impotentes cuando lo experimentamos.

ESTE ES UN EPISODIO DEDICADO A MI GRAN AMIGO AQUILES. Te extrañaré, te quiero.