Episodios

  • No, Señor, lo que quiero, sino lo que Tú quieras (de Santa Teresa de los Andes)
    Nov 14 2025

    -No, Señor, lo que quiero, sino lo que Tú quieras-

    De las Cartas de Santa Teresa de los Andes.

    “Sor Isabel de la Trinidad decía: "Dios es el cielo y Dios está en mi alma". Luego tenemos el cielo en nuestra alma. Ahora bien, ¿qué se hace en el cielo? Amar, contemplar a Dios y glorificarle. He aquí lo que trataremos de hacer: amarle antes que a nadie. El que ama siempre piensa en el amado. Nosotras pensemos constantemente en El; pero ya que es esto imposible, al menos pensemos muy a menudo en El. Contemplémosle allí, en el fondo de nuestra alma, unido a nosotras. Contemplémosle orando a su eterno Padre por las almas y por los pecadores, y unámonos a esa divina oración. Contemplémosle trabajando a nuestro lado. Ahora lo miro escribiendo y me uno a Él. Contemplémosle -dice santa Teresa- alegre como en el Tabor, si estamos alegres; triste como en el Huerto si estamos tristes; y así en todo. Contemplémosle en las criaturas. Así nos será más fácil tener caridad. Si somos humilladas, lo somos por El. Si somos alabadas, lo somos por El. Si servimos, servimos a Él; y así en todo. Así el alma queda simplificada y unida a Él; siempre piensa y ve a Él. Por último, en el cielo se cantan sus alabanzas y se le glorifica por sus obras; seamos, pues, como Isabel de la Trinidad, alabanza de su gloria. Es decir, obremos todo por amor y siempre lo más perfecto, de manera que, al vernos las demás personas, puedan decir: "qué virtuosa es". Y ¿para quién es la gloria de nuestra virtud sino para Dios, ya que es Él, el que obra en nosotras? Nada podemos por nosotras mismas. Propongámonos en todo lo que hacemos la gloria de Dios y todo por amor a Él; de esta manera nuestras obras serán con pureza, pues obraremos por El en El y para El. Si nuestras obras son puras, nosotras también lo seremos; así nuestro Señor estará contento en nuestras almas. Viviendo así, viviremos vida de cielo en la tierra.

    En el cielo se hace siempre la voluntad de Dios, ya que Nuestro Señor nos enseñó a decir: Hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo. ¿Quieres que te diga con franqueza -yo lo sé por experiencia-, que, si hay algo que le gusta a Dios, es que nos abandonemos, pero completamente, a su divina voluntad; pero de tal manera, ¿mi querida hermanita, que no podamos siquiera decir “quiero” porque le hemos dado nuestro querer a Dios? Por ejemplo, si deseamos salir: -Señor, si Tú lo quieres, saldré; si no, no, y me quedaré feliz-. Si por el contrario, tenemos que salir a paseo y no tenemos ganas: -Cómo Tú lo quieres, iré feliz, pues me ayudará a amarte-. No pedirle nada, sino decirle "dame lo que Tú quieras". Esta es la mayor gloria de Dios, y no te niego que cuesta, pues a veces, sin darse cuenta uno, le pide; pero decirle: "no, Señor, lo que quiero, sino lo que Tú quieras".

    Music by Tunetank from Pixabay


    Más Menos
    5 m
  • El ejemplo de los santos (de San Isidoro de Sevilla)
    Oct 31 2025

    EL EJEMPLO DE LOS SANTOS


    Del Libro de las sentencias de San Isidoro de Sevilla

    "En orden a la conversión y la enmienda de los mortales, aprovecha en gran manera el ejemplo de los santos, pues las costumbres de los recién convertidos no pueden modelarse a la vida de piedad, a no ser que sea imitando el ejemplo de los maestros de la perfección. Pero los réprobos no atienden a las lecciones de los buenos para imitarlas en orden a mejorarse, sino que se proponen los ejemplos de los malos, que les sirven para empeorar en la corrupción de sus costumbres.

    Las caídas y la penitencia de los santos se narran por esta finalidad: para que infundan a los hombres la confianza en su salvación, a fin de que nadie, después de las caídas, desconfíen del perdón de Dios si practican el arrepentimiento, cuando vean que también la recuperación de los santos tuvo lugar después de las caídas.

    Deben conocer los que están entregados al vicio, cuán útilmente se les propone el ejemplo de los santos; a saber, o bien para que tengan modelos que imitar en orden a la enmienda, o por lo menos para que, al compararse con éstos, experimenten un castigo más duro por su desobediencia. Porque Dios ha propuesto las virtudes de los santos para ejemplo nuestro con este fin: para que de la misma manera que, si les imitamos, podamos conseguir los premios de la justicia, así también, si persistimos en el mal, tengamos castigos más dolorosos. Porque si tan a menudo hemos seguido los ejemplos de los malos, ¿por qué no hemos de imitar las acciones de los santos, encomiables y gratas a Dios? Y si fuimos capaces de imitar en el vicio a los perversos, ¿por qué somos tan negligentes en seguir a los justos por la senda del bien?

    Pero muchos imitan la vida de los santos, y así de la conducta de otro toman su modelo de virtud, como cuando se propone un retrato, y a semejanza de él se obtiene el dibujo. Así resulta parecido al modelo, quien vive a semejanza de él. Quien imita a un varón santo es como si contemplase un ejemplar y se mirase en él como en un espejo, con el fin de aportarle cuanto de virtud reconoce que le falta. Porque el hombre se analiza peor cuando lo hace personalmente, sin fijarse en nadie; pero, cuando contempla a otro mejor, es capaz de corregir el defecto de luz.

    Aunque es propio de varones ya perfectos obrar la justicia no a imitación de un santo cualquiera, sino contemplando la misma Verdad, a cuya imagen han sido creados. Esto indica la frase: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza, porque al conocerla imita la propia divinidad, a cuya imagen ha sido creado. Así pues, este tal es tan perfecto, que no necesita de ningún hombre como guía para la santidad, sino que, mediante su contemplación, imita la propia santidad.

    Los ejemplos de los santos, que edifican al hombre, hacen que las distintas virtudes revistan un carácter sagrado: así el varón que busca la santidad puede considerar al imitarlas, el esfuerzo, la moderación, la rectitud y el espíritu de penitencia con que se practicaron."

    Music by Andrii Poradovskyi from Pixabay#vocesdesantidad #elejemplodelossantos #todoslossantos #sanisidoro #escuchemosalosantos


    Más Menos
    5 m
  • Buscad con gran determinación el tener oración, de Santa Teresa de Jesús
    Oct 17 2025

    Buscad con gran determinación el tener oración

    Del Camino de perfección de Santa Teresa de Jesús

    "Volvamos ahora a ocuparnos de los que quieren ir por el camino de la oración y no parar hasta la meta, que es llegar a beber de la fuente misma del agua de la vida. ¿Cómo han de comenzar? Porque importa mucho tener una gran determinación de no parar hasta llegar a la fuente, venga lo que venga, pase lo que pase, se trabaje lo que se tenga que trabajar, murmure quien quiera murmurar. Que nunca cese el empeño de llegar hasta el final, aunque uno muera en el camino o crea que se va a perder en los trabajos que hay en él, aunque se hunda el mundo, como parece muchas veces cuando nos dicen: «cuidado, por aquí hay peligros», «aquel por aquí se perdió», «el otro se engañó», «el otro, que rezaba mucho, cayó», «así se hace daño a la virtud», «la oración no es para las mujeres, porque les podrían venir ilusiones», «mejor será que hilen», «que no se preocupen de estas delicadezas», «basta solo con rezar el Padre Nuestro y el Avemaría».

    No hagáis ningún caso de los miedos que os pongan ni de lospeligros que os pinten. ¡Sería gracioso que yo quisiera ir por un camino donde hay tantos ladrones y peligros, si no es para ganar un gran tesoro! ¿Creéis que la gente de este mundo estaría dispuesta a dejar que os hicierais tranquilamente con él? ¿Os dejarían apoderaros de este tesoro, así porque sí,aquellos que por sus intereses mundanos estarían dispuestos a no dejar de molestaros, y a desasosegaros el cuerpo y el alma? Pues si cuando os ponéis en marcha para conseguir este tesoro -o para robarlo, como dice el Señor para loshombres esforzados-; y os encamináis a él por el único y real camino, que fue el mismo que el de nuestro Rey y el de todos sus escogidos y santos, os dicen que hay tantos peligros y os ponen tantos temores, ¿no serán mayores los peligros que correrán los que quieren ir a ganar este tesoro sin hacer ningún camino?

    Porque ya me diréis, hijas mías, cómo sin querer saciarse deuna gota de esta agua se puede recorrer un camino donde hay tantos enemigos a los que combatir. Está claro que en cualquier momento se morirán de sed; porque, queramos o no, hijas mías, por la oración todos caminamos hacia lafuente, aunque de diferentes maneras. Creedme, pues, y que no os engañe nadie mostrándoos otro camino para llegar a Dios que no sea el de la oración.

    Mirad qué ceguedad la del mundo, que no miran a los muchosmillares que han caído en herejías y en grandes males por no tener oración, y sin embargo critican a aquellos que teniendo oración muchas veces caen en la distracción. Y sobre todos, mirad cómo el demonio, haciendo muy bien sutrabajo, ha generado el temor de practicar lo único que nos puede llevar a Dios. Los que se amparan en esto para no hacer oración, ¡que tengan cuidado!; porque quieren vencer al mal huyendo del bien. Nunca he visto tan mal negocio: bien parece una idea del demonio. ¡Oh, Señor mío!, toma tú la defensa de esta causa; mira cómo ellos entienden al revés tus palabras. No permitas semejantes flaquezas en tus siervos."


    Music by Paul Krasnoshchok from Pixabay


    #vocesdesantidad #buscadcongrandeterminacion #teneroracion #santateresadejesus #escuchemosalossantos


    Más Menos
    5 m
  • De donde nace la calma en los verdaderos servidores de Dios (de las obras de San Claudio de la Colombiere)
    Oct 3 2025

    -DE DONDE NACE LA CALMA EN LOS VERDADEROS ADORADORES DE DIOS-

    De las obras de San Claudio de la Colombiere

    "Así entendemos que un cristiano que se ha unido a Dios se ha liberado de todas las ilusiones del mundo por las luces que ha recibido, reconociendo que todo es vanidad y que nada puede llenar su corazón aparte de Dios, y entendiendo que lo que ha deseado con sus mayores ansias se convirtióen fuente de los pesares más mortales; que apenas puede distinguir lo que nos es útil de lo que nos es nocivo, porque el bien y el mal están mezclados casi por todas partes, que sus deseos no hacen más que atormentarle, que los cuidados que toma para triunfar en la vida le consumen y algunas veces le perjudican, en lugar de hacerle avanzar; y que al fin y al cabo, es una necesidad el que cumpla la voluntad de Dios, porque entiende que no se hace nada fuera de su mandato y no ordenará nada a nuestro respecto que al final nonos sea ventajoso.

    Después de percibir todo esto, supongo también que el que se arroja a los brazos de Dios como un ciego se entrega a Él, por decirlo así, sin condiciones ni reservas, resuelto enteramente a fiarse a Él en todo y no desear nada, no temer nada, en una palabra, no querer nada más que lo que Él quiera, y de aceptar igualmente todo lo que Él quiera. Afirmo que desde este momento esta dichosa criatura adquiere una libertad perfecta, que no puede ser contrariada ni obligada, y que no habrá ninguna autoridad sobre la tierra ni ninguna potencia que sea capaz de hacerle violencia o de darle un momento de inquietud.

    Pero ¿no es una quimera que a un hombre no le inquietentanto los males como los bienes? No, no es ninguna quimera; conozco personas que están tan contentas en la enfermedad como en la salud, en la riqueza como en la indigencia; incluso conozco quienes prefieren la indigencia y la enfermedad a las riquezas y a la salud.

    Además, no hay nada más cierto que lo que os voy a decir: Cuanto más nos sometamos a la voluntad de Dios, más condescendencia tiene Dios con nuestra voluntad. Parece que desde que uno se compromete únicamente a obedecerle, Él sólo cuida de satisfacernos. No sólo escucha nuestras oraciones, sino que se adelanta a ellas, y sofoca en lo más hondo del corazón estos mismos deseos que tanto dolor nos causan, superándolos a todos.

    En fin, el gozo del que tiene su voluntad sumisa a la voluntad de Dios es un gozo constante, inalterable, eterno. Ningún temor turba su felicidad, porque ningún accidente puede destruirla. Me lo represento como un hombre sentado sobre una roca en medio del océano; ve venir hacia él las olas más furiosas sin espantarse, le agrada verlas y contarlas a medida que llegan a romperse a sus pies; que el mar esté calmo o agitado, que el viento impulse las olas de un lado o del otro, sigue inalterable porque el lugar donde se encuentra es firme e inquebrantable.

    De ahí nace esa paz, esta calma, ese rostro siempre sereno, ese humor siempre igual que advertimos en los verdaderos servidores de Dios."


    #sanclaudio #dedondenacelacalma #escuchemosalossantos #dondenacelacalma



    Más Menos
    5 m
  • Nuestra ofrenda espiritual (Del Tratado de Tertuliano, sobre la oración)
    Sep 19 2025

    NUESTRA OFRENDA ESPIRITUAL

    Del Tratado de Tertuliano, sobre la oración

    La oración es una ofrenda espiritual que ha eliminado los antiguos sacrificios ¿Qué me importa -dice- el número de vuestros sacrificios? Estoy harto de holocaustos de carneros, de grasa de becerros; la sangre de toros, corderos y chivos no me agrada. ¿Quién pide algo de vuestras manos?

    El Evangelio nos enseña qué es lo que pide el Señor: Llega la hora -dice- en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Porque Dios es espíritu y, por esto, tales son los adoradores que busca. Nosotros somos los verdaderos adoradores y verdaderos sacerdotes, ya que, orando en espíritu, ofrecemos el sacrificio espiritual de la oración, la ofrenda adecuada y agradable a Dios, la que él pedía, la que él preveía.

    Esta ofrenda, ofrecida de corazón, alimentada con la fe, cuidada con la verdad, íntegra por la inocencia, limpia por la castidad, coronada con el amor, es la que debemos llevar al altar de Dios, con el acompañamiento solemne de las buenas obras, en medio de salmos e himnos, seguros de que con ella alcanzaremos de Dios cualquier cosa que le pidamos.

    ¿Qué podrá negar Dios, en efecto, a una oración que procede del espíritu y de la verdad, si es él quien la exige? ¿Qué eficacia no tendrá la oración cristiana?

    Ciertamente, esta oración no impide milagrosamente el sufrimiento físico, sino que, sin evitarles el dolor a los que sufren, los fortalece con la resignación, con su fuerza les aumenta la gracia para que vean, con los ojos de la fe, el premio reservado a los que sufren por el nombre de Dios.

    En el pasado la oración, retirando la fuerza del Espíritu, hacía venir calamidades, aniquilaba los ejércitos enemigos, impedía la lluvia necesaria. Ahora, por el contrario, la oración del justo acerca a Dios apartando su ira, vela en favor de los enemigos, suplica por los perseguidores. ¿Qué tiene de extraño que el Espíritu haga caer el agua que viene del cielo, si pudo impetrar con su ausencia que de allí bajara fuego? La oración es lo único que nos une a Dios; pero Cristo no quiso que sirviera para operar mal alguno, sino que por el Espíritu toda su eficacia había de servir para el bien.

    Por esto, su finalidad es servir de sufragio a las almas de los difuntos, robustecer a los débiles, curar a los enfermos, liberar a los posesos, abrir las puertas de las cárceles, deshacer las ataduras de los inocentes. La oración sirve también para perdonar los pecados, para apartar las tentaciones, para hacer que cesen las persecuciones, para consolar a los abatidos, para deleitar a los magnánimos, para guiar a los peregrinos, para mitigar las tempestades, para impedir su actuación a los ladrones, para alimentar a los pobres, para llevar por buen camino a los ricos, para levantar a los caídos, para sostener a los que van a caer, para hacer que resistan los que están en pie.

    Oran los mismos ángeles, ora toda la creación, oran los animales domésticos y los salvajes, y doblan las rodillas y, cuando salen de sus establos o guaridas, levantan la vista hacia el cielo y con la boca, a su manera, hacen vibrar el aire. También las aves, cuando despiertan, alzan el vuelo hacia el cielo y extienden las alas, en lugar de las manos, en forma de cruz y dicen algo que asemeja una oración.

    ¿Qué más podemos añadir acerca de la oración? El mismo Señor en persona oró; a él sea el honor y el poder por los siglos de los siglos.

    Music by Sounova Music from Pixabay

    #tertuliano #nuestraofrendaespiritual #escuchemosalossantos



    Más Menos
    6 m
  • Dios es la vida del alma (De los Escritos de Santo Tomás de Aquino)
    Sep 5 2025

    DIOS ES LA VIDA DEL ALMA

    De los escritos de Santo Tomás de Aquino.

    "Dice San Agustín, "Así como el alma es la vida del cuerpo, así Dios es la vida del alma". Y esto es algo manifiesto. En efecto, decimos que el cuerpo vive por el alma cuando tiene las operaciones propias de la vida, y cuando obra y se mueve; pero si el alma se retira, el cuerpo ni obra ni se mueve. Así también, el alma obra virtuosa y perfectamente cuando obra por la caridad, por la cual habita Dios en ella; y sin la caridad no obra: I Juan 3, 14: "Quien no ama permanece en la muerte".

    Porque debemos considerar que si alguien posee todos los dones del Espíritu Santo sin la caridad, realmente carece de Espíritu Santo y de vida. En efecto, ya sea el don de lenguas, ya sea el don de la fe, ya sea cualquiera otro, sin la caridad no dan la vida. Aunque un cuerpo muerto se vista de oro y piedras preciosas, muerto permanece. Pues esto es lo primero (la vida) que la caridad produce.

    Además opera la caridad la observancia de los divinos mandatos. Dice San Gregorio: "Nunca está inactivo el amor de Dios: si existe, grandes cosas opera; pero si se niega a obrar, no es amor". Por lo cual es signo evidente de la caridad la prontitud en cumplir los preceptos divinos. Vemos, en efecto, que el amante realiza cosas grandes y difíciles por el amado. Juan 14, 23: "El que me ama guardará mi palabra".

    La caridad opera de forma tan eficaz y efectiva que es un socorro contra todas las adversidades. En efecto, a quienes poseen la caridad no los daña ninguna adversidad, sino que ésta se les transforma en algo saludable: Rom. 8, 28: "Todas las cosas concurren para el bien de los que aman a Dios".

    Por tanto, si nada puede dañar a los que por la presencia del Espíritu en sus vidas viven la caridad, se puede concluir que la caridad nos conduce a la dicha. Únicamente a los que posean la caridad se nos promete la eterna bienaventuranza. Porque sin la caridad todo es insuficiente. ¿Qué mayor felicidad, en efecto, si alguien ofende a otro, y luego amándolo íntimamente, en virtud de este amor perdona al que le ofende la ofensa? De la misma manera, Dios perdona los pecados a los que lo aman. I Pedro IV, 8: "La caridad cubre una muchedumbre de los pecados".

    Y así, una vez perdonados los pecados, la caridad causa la iluminación del corazón. Como dice Job 37, 19—: "todos estamos envueltos en tinieblas". En efecto, con frecuencia ignoramos qué debemos hacer o desear. Pero la caridad enseña todo lo que es necesario para la salvación. Por lo cual dice San Juan, 2, 27: "Su unción os lo enseña todo". En efecto, donde hay caridad, allí está el Espíritu Santo, que lo conoce todo y nos conduce por el camino recto, esto es, conociendo lo necesario para la salvación. "

    SANTO TOMÁS DE AQUINO- Los mandamientos


    Music by Andrii Poradovskyi⁠ from Pixabay


    #santotomasdeaquino #dioseslavidadelalma #escuchemosalossantos

    Más Menos
    5 m
  • Oración del alma enamorada (De los Avisos espirituales de San Juan de la Cruz)
    Aug 22 2025

    Oración del alma enamorada

    De los Avisos espirituales de San Juan de la Cruz

    ¡Señor Dios, amado mío! Si todavía te acuerdas de mis pecados para no hacer lo que te pido, haz, Dios mío, tu voluntad, que es lo que yo más quiero, y ejercita tu bondad y misericordia para que me acuerde de tu perdón.

    Y si es que esperas a mis obras para por ese medio concederme mi ruego, dámelas tú y óbramelas, y las penas que tú quisieras que yo aceptase, y hágase. Y si a las obras mías no esperas, ¿qué esperas, clementísimo Señor mío?; ¿por qué te tardas? Porque si, en fin, ha de ser gracia y misericordia la que en tu Hijo te pido, toma mi pobre ofrenda , pues la quieres, y dame este bien, si tú también lo quieres.

    ¿Quién se podrá librar de las bajezas del espíritu si no le levantas tú en pureza de amor, Dios mío? ¿Cómo se levantará a ti el hombre, engendrado y criado en bajezas, si no le levantas tú, Señor, con la mano que le hiciste?

    No me quitarás, Dios mío, lo que una vez me diste en tu único Hijo Jesucristo, en el que tengo todo lo que quiero. Por eso me holgaré que no te tardarás si yo espero. ¿Con qué dilaciones me esperas, pues desde luego me amas con tu corazón? (...)

    Míos son los cielos y mía es la tierra; mías son las gentes, los justos son míos y míos los pecadores; los ángeles son míos, y la Madre de Dios y todas las cosas son mías; y el mismo Dios es mío y para mí, porque Cristo es mío y todo para mí. Pues ¿qué pides y buscas, alma mía? Tuyo es todo esto, y todo es para ti. No te pongas en menos ni repares en migajas que se caen de la mesa de tu Padre. Sal fuera y gloríate en tu gloria, escóndete en ella y goza, y alcanzarás las peticiones de tu corazón. (...)

    Cata que tu carne es flaca y que ninguna cosa del mundo puede dar fortaleza a tu espíritu ni consuelo; porque lo que nace del mundo, mundo es, y lo que nace de la carne, carne es; y el buen espíritu sólo nace del espíritu de Dios, que se comunica no por mundo ni carne, sino por la fe (Jn. 4, 6).

    Desde la oración entra en cuenta con tu razón para hacer lo que ella te dice en el camino de Dios, y serás más grato para Él que todas las obras que sin esta advertencia hicieres y todos los sabores espirituales que pretendes. Toma a Dios por esposo y amigo con quien te andes de continuo, y no pecarás, y sabrás amar, y se harán las cosas necesariamente prósperas para ti. Sin trabajo sujetarás las gentes y te servirán las cosas si te olvidares de ellas y de ti mismo. Mira que no reina Dios sino en el alma pacífica y desinteresada.

    Si deseas hallar la paz y consuelo de tu alma y servir a Dios de veras, no te contentes con lo poco que vayas adelantando, porque probablemente estés, en lo que te queda, tan impedido o más que antes; apártate a una sola que lo trae todo consigo, que es la vida junto a Dios, acompañada con oración y santa y divina lección, y allí persevera en olvido de ti mismo; que si no es porque la obligación no te lo permita, allí más agradarás a Dios.


    Music track: Majestic by Alegend

    Source: https://freetouse.com/music

    Royalty Free Music for Video (Safe)


    #sanjuandelacruz #avisos espirituales #escuchemosalossantos



    Más Menos
    5 m
  • Ojalá escuchéis hoy su voz (De la Regla de San Benito)
    Aug 8 2025

    OJALÁ ESCUCHÉIS HOY SU VOZ

    De la Regla de San Benito

    ESCUCHA, hijo, los preceptos del Maestro, e inclina el oído de tu corazón. Mi palabra se dirige ahora a ti, quienquiera que seas, que renuncias a tus propias voluntades y tomas las preclaras y fortísimas armas de la obediencia, para vivir por y para Cristo, verdadero Rey.

    Ante todo, pídele con una oración muy constante que lleve a su término toda obra buena que comiences, para que Aquel que se dignó contarnos en el número de sus hijos, no tenga nunca que entristecerse por nuestras malas acciones. Levantémonos, pues, de una vez, ya que la Escritura nos exhorta y nos dice: "Ya es hora de levantarnos del sueño" (Rom. 13,11). Abramos los ojos a la luz divina, y oigamos con oído atento lo que diariamente nos amonesta la voz de Dios que clama diciendo: "Ojalá escuchéis hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón" (Sal 94,8).

    El Señor, que busca su obrero entre la muchedumbre del pueblo al que dirige la llamada, dice de nuevo: "¿Quién es el hombre que quiere la vida y desea ver días felices?" (Sal 33,13). Si tú, al oírlo, respondes "Yo", Dios te dice: "Si quieres poseer la vida verdadera y eterna, guarda tu lengua del mal, y que tus labios no hablen con falsedad. Apártate del mal y obra el bien; busca la paz y corre tras ella" (Sal 33,14-15). ¿Qué cosa más dulce para nosotros, queridos hermanos, que esta voz del Señor que nos invita? Ved cómo el Señor nos muestra piadosamente el camino de la vida.

    Ciñamos, pues, nuestra cintura con la fe y la práctica de las buenas obras, y sigamos sus caminos guiados por el Evangelio, para merecer ver en su Reino a Aquel que nos llamó. Si queremos habitar en la morada de su reino, puesto que no se llega allí sino corriendo con buenas obras, oigamos al Señor que nos responde y nos muestra el camino de esta morada diciendo: -Venid a mí los que apartáis de la mirada del corazón al maligno diablo y a la misma tentación; tomad vuestros torcidos pensamientos y estrelladlos contra mí.- Dichosos los que temen al Señor y no se engríen de su buena observancia, antes bien, juzgan que aún lo bueno que ellos tienen, no es obra suya sino del Señor, y engrandecen al Señor que obra en ellos, diciendo con el Profeta: "No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria" (Sal 113b, 1).

    Después de decir esto, el Señor espera que respondamos diariamente con obras a sus santos consejos. Por eso, para corregirnos de todos nuestros males, se nos dan de plazo los días de nuestra vida. El Apóstol, en efecto, dice: "¿No sabes que la paciencia de Dios te invita al arrepentimiento?" Pues el piadoso Señor dice: "No quiero la muerte del pecador, sino que se convierta y viva" (Ez 33,11). Cuando le preguntamos al Señor, hermanos, sobre quién invita a su casa, oímos de los gozos y los deleites que nos esperan por habitar tan cerca de Señor, con la condición de cumplir los deberes del dueño de la casa. Al hacerlo, Dios espera que nada nos parezca áspero o penoso, para que si al corregir los vicios o para conservar la caridad, Dios dispusiera de nosotros algo más estricto, no huyamos aterrados del camino de la salvación, ya que ésta no se puede emprender sino por un comienzo estrecho. Porque cuando progresamos en la vida de la fe, es como únicamente se dilata nuestro corazón, y corremos con inefable dulzura de caridad por el camino de los mandamientos de Dios.

    Vamos, pues, a instituir una vocación dedicada al servicio divino. Por tanto, roguemos al Señor que nos conceda la ayuda de su gracia, para cumplir lo que nuestra naturaleza no puede. Y mientras haya tiempo, y estemos en este cuerpo, y podamos cumplir todas estas cosas a la luz de esta vida, corramos y practiquemos ahora lo que nos aprovechará eternamente. De este modo, no apartándonos nunca de su magisterio, y perseverando día a día en su doctrina hasta la muerte, participemos de los sufrimientos de Cristo por la paciencia, a fin de merecer también acompañarlo en su reino.


    #sanbenito #regladesanbenito


    Más Menos
    6 m