
Dios es la vida del alma (De los Escritos de Santo Tomás de Aquino)
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DIOS ES LA VIDA DEL ALMA
De los escritos de Santo Tomás de Aquino.
"Dice San Agustín, "Así como el alma es la vida del cuerpo, así Dios es la vida del alma". Y esto es algo manifiesto. En efecto, decimos que el cuerpo vive por el alma cuando tiene las operaciones propias de la vida, y cuando obra y se mueve; pero si el alma se retira, el cuerpo ni obra ni se mueve. Así también, el alma obra virtuosa y perfectamente cuando obra por la caridad, por la cual habita Dios en ella; y sin la caridad no obra: I Juan 3, 14: "Quien no ama permanece en la muerte".
Porque debemos considerar que si alguien posee todos los dones del Espíritu Santo sin la caridad, realmente carece de Espíritu Santo y de vida. En efecto, ya sea el don de lenguas, ya sea el don de la fe, ya sea cualquiera otro, sin la caridad no dan la vida. Aunque un cuerpo muerto se vista de oro y piedras preciosas, muerto permanece. Pues esto es lo primero (la vida) que la caridad produce.
Además opera la caridad la observancia de los divinos mandatos. Dice San Gregorio: "Nunca está inactivo el amor de Dios: si existe, grandes cosas opera; pero si se niega a obrar, no es amor". Por lo cual es signo evidente de la caridad la prontitud en cumplir los preceptos divinos. Vemos, en efecto, que el amante realiza cosas grandes y difíciles por el amado. Juan 14, 23: "El que me ama guardará mi palabra".
La caridad opera de forma tan eficaz y efectiva que es un socorro contra todas las adversidades. En efecto, a quienes poseen la caridad no los daña ninguna adversidad, sino que ésta se les transforma en algo saludable: Rom. 8, 28: "Todas las cosas concurren para el bien de los que aman a Dios".
Por tanto, si nada puede dañar a los que por la presencia del Espíritu en sus vidas viven la caridad, se puede concluir que la caridad nos conduce a la dicha. Únicamente a los que posean la caridad se nos promete la eterna bienaventuranza. Porque sin la caridad todo es insuficiente. ¿Qué mayor felicidad, en efecto, si alguien ofende a otro, y luego amándolo íntimamente, en virtud de este amor perdona al que le ofende la ofensa? De la misma manera, Dios perdona los pecados a los que lo aman. I Pedro IV, 8: "La caridad cubre una muchedumbre de los pecados".
Y así, una vez perdonados los pecados, la caridad causa la iluminación del corazón. Como dice Job 37, 19—: "todos estamos envueltos en tinieblas". En efecto, con frecuencia ignoramos qué debemos hacer o desear. Pero la caridad enseña todo lo que es necesario para la salvación. Por lo cual dice San Juan, 2, 27: "Su unción os lo enseña todo". En efecto, donde hay caridad, allí está el Espíritu Santo, que lo conoce todo y nos conduce por el camino recto, esto es, conociendo lo necesario para la salvación. "
SANTO TOMÁS DE AQUINO- Los mandamientos
Music by Andrii Poradovskyi from Pixabay
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