Episodios

  • Reconociendo la realidad Ser
    May 4 2025

    Reconociendo la realidad Ser


    Vivimos en el pensamiento de lo que percibimos en el exterior y nuestro mundo de relaciones con los demás.


    Somos como islas de ser y existir que buscamos identificarnos en la vida humana y de ella elaboramos pensamientos que se sostienen en la memoria y en cada momento se elabora el pensamiento de lo que vivimos en cada momento.


    Siempre existe ese ser que es y se interpreta por ese cúmulo de pensamientos y memorias.


    Vivimos envueltos en esa experiencia cambiante y por otro lado con esa sensación de ser que cada vez nos reclama mayor atención. Se podría decir que nuestro ser interior es nuestro compañero de vida, el más fiel y permanente.


    Cuando respondemos a esa llamada interior podemos reconocer el hábitat en el que nos reconocemos, la calma que nos rodea y el lugar perfecto para dejarse ser, sin proyectar ninguna idea de uno mismo.


    Desde esa calma, sabemos que todo lo que pensamos o sabemos procede de ese exterior que forma como una densa capa que es precisamente la que nos observe y aleja de nuestra libertad de ser interior.


    Sabemos ya lo que da de sí y lo que podemos esperar de las relaciones humanas naturales.


    Desde dentro observamos como nuestro cuerpo envejece y sigue su curso al que nos adaptamos mientras transcurre.


    Mientras sigamos embelesados en ese proceso cambiante vivimos una vida apegada a ese fenómeno y no serenos conscientes de la realidad que sustenta la propia vida, que es la existencia de una consciencia ajena a todo, que dispone de su propia realidad.


    Es nuestra elección desde dónde queremos experimentar la vida, si lo hacemos dejándonos absorber por los acontecimientos o si preferimos vivir desde nuestro ser interior.


    Podríamos preguntarnos ¿qué es lo real de vivir, existir, dejarse ser?


    Dejarse estar en ese presente continuo es el resultado de contemplar nuestra realidad interior.


    Mientras observamos nuestro interior, a nuestro alrededor siguen millones de seres con sus actividades girando en tornos a la vida, mientras nosotros permanecemos en la quietud de nuestra realidad interior.


    Siempre hay más fondo, más que profundizar en ese dejarse ser, hasta descubrir de qué modo se relaciona o se posiciona esa realidad interior con respecto al al experiencia en el cuerpo.


    La comprensión del mundo material y su realidad se contrapone radicalmente con la percepción de la realidad del ser.


    Cuanto más profundicemos en el dejarnos ser, mayor será la sensación de realidad de nuestro interior al margen de todo lo externo y material.


    En esa escucha iremos reconociendo lo real y la base del existir. Se habla de un Ser que está en nuestro interior y se ha de poder percibir su realidad en ese profundizar.


    No puede haber otro camino decidido por uno mismo más que esa escucha profunda para poder reconocer lo real.


    No nos sirven, las ideas olas teorías, ha de ser directamente percibido en nuestro interior, ha de haber aun contacto directo.


    Ha de haber una realidad que nos sustenta y nos permite existir por lo que es realmente imposible que existamos sin ese apoyo y por lo tanto ha de ser posible percibirlo en la base de lo que somos.


    Ningún pensamiento o idea vamos a generar porque realmente buscamos la base de cualquier acción.


    Estaremos limitando al máximo nuestra acción, para quedarnos en la observación, hasta que lo único que se mueva sea la propia acción del Ser por sostenernos, de manera que ambas realidades se unan en el Ser.


    La intención de escuchar desaparecerá en la absoluta inmovilidad, creador y creado serán un mismo ser.


    No hay nada fuera, ni nada dentro y a su vez somos sostenidos.


    Seguiremos contemplando como desde lejos toda la realidad física sujeta al espacio y el tiempo.


    Se produce la sensación de estar incluido en todo.


    Podremos permanecer unidos a todo y a su vez soltando todo pues no nos percibiremos en ninguna representación concreta.



    Más Menos
    14 m
  • Círculo de meditación y voz - 3/04/25
    May 1 2025

    Círculo de meditación y voz - 3/04/25


    Necesitamos reflexionar sobre desde dónde vivimos, si desde nuestra sensación interior de ser o desde la idea mental de vivir siendo un ser humano efímero.


    Desde nuestra vida humana e impulsados por nuestro anhelo interior nos fijamos metas de descubrir la verdad, de iluminarnos y sin darnos cuenta estamos creando una ilusión pensamiento desde el que queremos que se haga realidad precisamente en el medio exterior donde no es posible, ya que siempre se tratará de un despertar a la realidad interior sin participación del exterior.


    Toda la cultura espiritual puede inundar nuestra mente pensamiento y nuestra memoria, pero todo ello es un pensamiento eléctrico dependiente de ser sostenido por nuestras neuronas. Todo ello de naturaleza efímera. Por tanto inútil parta encontrar nuestra realidad interior que no puede ser pensada, ni basarse en el pensamiento.


    Creemos vivir en base a lo que aprendemos, entendemos o sabemos y no en base a una realidad interior.


    Antes de aprender nada ya estamos, somos el sujeto capaz de aprender mediante nuestro cerebro y procesa como realidad lo que es capaz de percibir.


    En la época que nazcamos, somos algo que es que necesita manifestarse mediante un cuerpo adaptándonos a ese momento y circunstancia.


    Siempre es lo mismo, un ser real que se asemeja a un cuerpo que transita una experiencia hasta su finalización.


    Esta comprensión nos puede ser útil para dejar de insistir en ese método de adquirir la idea de yo y nuestra identidad en base a lo que nos aportó nuestro aprendizaje y lo que seguimos procesando mediante nuestro pensamiento.


    Desde ese lugar que puede dedicar atención al pensamiento, dejamos de hacerlo, para simplemente dejar que se exprese como muestra de que existe.


    Es decir, ponemos voz a nuestro ser real incondicionado.


    Nuestro interior existe, es real y vive y siempre tendremos el impulso de mostrarlo. Al estar unidos a un cuerpo y haber adquirido una identidad en base a él, lo natural es hacerlo como ser humano.


    La cuestión en esta práctica, es ignora esa identificación que nos es mas que un límite para mostrar de forma directa que existimos y anhelamos la libertad de ser completa.


    “Soy lo que soy libremente, sin necesidad de definirme, ni adoptar un pensamiento que me sostenga”.


    Se trata de materializar en la voz la realidad que somos con la idea de permitirnos estar presentes desde nuestro ser real y la posibilidad de escucharnos en el sonido de nuestra voz, a la vez que escuchamos el sonido interior de los demás.


    Cuando un bebé nace, está materializando su sentir interior y comienza a escucharse en esta dimensión física. Es el principio del reconocerse en un cuerpo y todo lo que llega después.


    Si conseguimos ser en nuestra voz de este modo, experimentaremos que es posible estar presentes como ser interior en la vida física sin ceder nuestra identidad a una idea de yo.


    Se trata de una práctica de reaprendizaje, de soltar todo lo aprendido con la mediación de nuestro cuerpo y nuestra mente, para reconocernos incondicionalmente desde el interior real y lograr expresarnos en la vida humana desde esa realidad, aunque estemos utilizando el elemento efímero.


    Podemos prescindir de todo lo caminado en lo humano y recomenzar a estar presentes como en el momento de nacer.


    Cuando logramos esta forma de estar consciente es cuando comenzamos a vivir de verdad y nuestra percepción se amplía ilimitadamente.


    De esta forma dejamos de vivir bajo las situaciones psicológicas habituales como seres humanos para vivir desde ser únicamente.


    En las prácticas de voz hemos de ser expresión directa de nuestro interior, por lo demás, nuestro sonido ha de ser libre y en el deseo de sentir la unidad buscar esas armonías que se sintonizarán interiormente en el grupo de voz,


    Desde nuestro interior, antes de hacer nada, ni siquiera pensar, decidimos voluntariamente inhalar para ese sentir ser que somos.


    continúa,....

    Más Menos
    1 h y 14 m
  • En busca de nuestra realidad
    Apr 30 2025

    En busca de nuestra realidad


    En una vida donde se nos exige que respondamos según lo esperado socialmente, donde para ser aceptado hemos de mostrar ser adecuados, es normal que desplacemos la atención sobre lo que se nos demanda y creemos una identidad adecuada para ser aceptados en la vida humana.


    Es la forma en la que dejamos de percibir nuestra realidad interior para ceder a una idea de yo circunstancial y aprendida construyendo el pensamiento de yo individual y separado.


    Si queremos vivir realmente necesitamos recuperar esa sensación de ser incondicionada que teníamos antes de nuestra construcción de identidad humana, una sensación de ser que nos hacia sentirnos reales, esa identidad que tuvo que adaptarse y doblegarse al mundo de la forma.


    Podríamos reflexionar sobre hasta qué punto estamos viviendo conscientes de uno mismo y hasta que punto estamos absorbidos por esa idea de yo que es la que nos ha servido para sobrevivir.


    ¿Nos sentimos plenamente realizados como “seres” humanos o por el contrario, la experiencia humana no satisface lo que anhelamos?


    Todo lo que nos ha construido como idea de yo se sustenta en el pensamiento generado y creado a través de las experiencias y estas se van acumulando una detrás de otra haciendo evolucionar nuestra idea de yo que se va adaptando, mientras que el ser real que somos al margen de todo permanece como oculto, quizás esperando la oportunidad de mostrarse a nuestra consciencia.


    Actualmente se está depositando muchas expectativas en la inteligencia artificial, que puede ser muy útil, pero sería muy interesante observar el efecto que puede tener en nuestro ser interior.


    Se trata de una característica nueva de la vida humana que ha de tener también un efecto en nuestra percepción de la realidad.


    Cada avance o cambio en las condiciones de la vida humana inciden en esa construcción cada vez más compleja que nos absorbe más y más. Casi como para olvidar de que sea el avance que sea terminará igualmente a cuando no teníamos aviones o coches.


    Por muy inteligente que sea la inteligencia artificial, o la humana, no mueve un ápice a lo que realmente es verdad y real.


    Lo real es que transitamos una vida humana indiferentemente del momento histórico, el país donde hayamos nacido o nuestra circunstancias personales.


    Quién se busca a sí mismo siempre tendrá que recorrer el mismo proceso de desapegarse de toda la experiencia exterior y humana para ir al encuentro de su ser interior.


    Nuestra realidad interior se habría adaptado igualmente al nacer en la época de los romanos o a cualquier otra. Su idea de yo sería completamente diferente, pero igualmente, se trata del mismo fenómeno.


    Cuanto más evolucionada sea la vida humana más nos absorberá y más virtual y alejada del interior será, mientras que el proceso de recorrer el camino interior es siempre el mismo.


    Uno podría preguntarse, ¿dónde está la vida real, en la sensación de existir y ser, invariable, o en todo ese proceso de identificarse con lo efímero, lo que somos como humanos, la inteligencia artificial?


    Generalmente aceptamos que la realidad es la vida tal cual se nos muestra y nos sometemos a ella. Ahora le añadimos la idea de que existe una inteligencia artificial que es superior a la nuestra y sin darnos cuenta proyectamos más idea de realidad a algo más artificial.


    No solo vivimos en el pensamiento, sino que ahora pensamos que hay un pensamiento superior al nuestro y que reside en una máquina completamente artificial.


    Ni siquiera confiaremos en nuestra capacidad de pensar y reflexionar porque ya hay algo superior aceptado socialmente como tal.


    Si esa inteligencia es superior ¿porque voy yo a creer que podré discernir mejor que ella?


    De esta manera nuestra sensación de ser basada en nuestro interior se ve desplazada cada vez más a lo externo y virtual, perdiéndonos cada vez más la posibilidad de encontrarnos a nosotros mismos.


    Tendremos que preguntarnos cada día ¿qué es lo real?


    continúa,....


    Más Menos
    13 m
  • La soledad en el camino interior
    Apr 30 2025

    El sentimiento de soledad proviene de considerarnos diferentes y separados de los demás. A veces con la sensación de no lograr compartir nuestra forma de sentir o percibir la vida.


    La base de la soledad es el hecho de poseer cuerpo diferentes que nos hacer reconocer una realidad aislada a la vez que en nuestro interior se conserva un fuerte anhelo que nos hace echar de menos el contacto íntimo y la unidad.


    Ese contraste experimentado desde nuestra idea de yo es lo que nos genera la sensación de soledad.


    Tiene una base real, ya que al considerarnos cuerpos separados, por distancia y tiempo, en numerosas ocasiones nos desconcierta la imposibilidad de estar unidos a los demás.


    Vamos al encuentro con otros seres humanos con la esperanza de una relación armoniosa para luego separarnos de ellos nuevamente. Es la tónica general de toda la vida.


    El sentirnos realmente acompañados es algo que pocos privilegiados pueden experimentar por algún tiempo.


    Lo interesante es encontrar el origen de esa sensación de soledad o separación.


    ¿Qué o quién es el que experimenta esa sensación?


    Vemos que en lo profundo hay una sensación de existir y de ser y es desde ese sujeto que existe y es, de donde proviene esa sensación de soledad.


    Estamos rodeados de tantas personas con las que quisiéramos conectar desde ese ser interior que anhela la unidad.


    En ocasiones hemos estado en soledad y anhelado conectar con los demás desde ese lugar interior que siente la soledad y anhela la unidad. Entonces, es posible que intentásemos relacionarnos con algún conocido o grupo de conocidos.


    Muy posiblemente, seríamos bienvenidos por esas personas y en nuestra interrelación quizás se estableciesen conversaciones de diferentes temas.


    Por lo general, ese ser que sentía soledad, quizás, tampoco lograse sentir esa conexión con el otro, pues los temas de conversación, o lo que se compartía, posiblemente fuesen cuestiones muy superficiales que no despertasen nuestro interés.


    El resultado es que ese interior que anhelaba un contacto real con el otro se sintiera más solo o perdido mientras participaba de esa sociabilidad.


    Seguramente, intentaríamos adaptarnos a ese grupo para lograr integrarnos hasta tal punto que cada vez nos sintiésemos más alejados de nosotros mismos. La consecuencia es que no solo no lo logramos, sino que la sensación de vacío y soledad se intensifica.


    De esta manera, la sensación de ser diferente y extraño se amplifica.


    Finalmente, aceptamos que cuando menos solos estamos es cuando estamos con uno mismo.


    Al estar con los demás, nos forzamos, nos sentimos juzgados y necesitamos seguir la corriente para no perder ese contacto con los demás.


    Al estar solo, podemos soltar todo ello y reconocer nuestra realidad individual en su verdadera dimensión.


    Con el tiempo lograremos desarrollar la suficiente seguridad interior de ser una realidad que es por si misma sin necesitar refuerzo y comprenderemos que todos los seres humanos nos vemos obligados a aceptar la idea de yo que cada uno adquiere en su adaptación a la sociedad y al mismo tiempo saber que podemos liberarnos de ello cuando estemos capacitados para ver la verdad interior de ser.


    Lo habitual es acostumbrarnos a dejar de ser para estar con los demás para luego regresar a nuestro uso mismo cuando estamos solos.


    Con el tiempo lograremos evitar esto y nos mantendremos en la seguridad de lo que somos estemos solos o acompañados.


    Hasta entonces, cambiamos sin darnos cuenta con cada persona con la que nos relacionamos, adoptamos una personalidad adaptada a cada individuo que conocemos y ese cambio es casi imperceptible.


    Así, disponemos de dos estado básicos, el estar con uno mismo y el estado de “me relaciono con oreo”.


    El estado de estar con los demás se genera como por una necesidad o interés, obtener compañía, aprecio, u otra cosa concreta.



    Más Menos
    12 m
  • Práctica Meditar con la voz
    Apr 30 2025

    Práctica Meditar con la voz


    Las prácticas de voz, tanto grupales como individuales, son muy beneficiosas para dar salida a todo aquello que no expresamos.


    Son prácticas que uno realiza desde la meditación, cuando estamos presentes en nuestro ser real interior.


    Tantas cosas que son propias de ese interior y que difícilmente podrá expresar en palabras ya que pertenecen al ámbito del ser, donde todo ello es por sí mismos natural y tan extraño para el concepto de vida humana.


    Desde nuestro interior una de las cosas más complejas es ser productivos a partir de nuestra realidad interior. Por lo general ocurre lo contrario, el exterior nos indica lo que somos y cómo proceder según lo humano.


    Es lo que intenta aportar las prácticas de voz, permitir que nuestro ser real interior sin poner ningún límite, pueda manifestarse según su naturaleza y aportar actividad desde sí mismo, fuera de aprendizajes o adaptaciones.


    Cuando logramos expresar en la realidad física nuestra realidad interior, rompiendo el muro que creemos existe, logramos comenzar a entregar a la vida humana nuestra verdad.


    Para lograrlo, hemos de tener experiencia en escucharnos interiormente y saber sostenernos en ese dejarse ser, de manera que ya reconozcamos nuestra realidad interior que consciente y voluntariamente habitamos un cuerpo con el que decidimos respirar.


    Cuando ya percibimos esa realidad, de habitar el cuerpo y de respirar para sentir el mundo físico gracias al cuerpo, es el momento de expresar nuestra realidad de ser en nuestra voz, como paso previo a las acciones y el movimiento.


    La voz nos permite prácticamente estar solo en la respiración, pero aporta el sonido que podemos emitir en el espacio físico y a su vez escucharlo, con lo que tenemos la referencia de la acción de nuestra voz en él.


    De esta manera reconocemos desde la realidad interior que nos manifestamos íntegramente en el mundo exterior y físico.


    Uno mismo se puede escuchar en solitario y experimentar que lo que se expresa en nuestra verdad. Hemos de darle el valor que tiene y disfrutar de ser en lo físico, lo que nos abre las puertas para compartirlo con otros y sentir que verdaderamente estanos presentes, mucho más allá de simplemente sostener la idea de ser un ser humano que actúa bajo la idea de serlo.


    Dejarse ser en el interior y dejarse ser en la voz.


    Ponemos en nuestra voz ese anhelo de ser y de manifestarnos como un ser real que se percibe así mismo.


    De esta manera sostenemos la sensación de estar, la sensación de ser, mientras emitimos nuestra voz.


    En cada inhalación podemos cargarnos con el deseo de estar, existir y ser para después darle salida en nuestra voz y reconocer nuestra manifestación tal cual es.


    Con cada inhalación podemos disfrutar de la alegría de ser, sin que exista ninguna sombra de cualquier condición humana, simplemente alegría de existir.


    Estar en nuestra realidad profunda es algo que nos podemos permitir una vez que nos permitimos estar, la expresión, el poder manifestarnos mientras vivimos como seres humanos.


    Se trata de ensanchar ese canal de presencia en la vida humana y podamos manifestarnos ampliamente en ella desde nuestro ser real.


    La práctica continuada de este método aporta esa progresiva manifestación de nuestro ser real mientras progresamos en reconocerlo, logrando vivir desde dentro.


    La idea mental sobre lo que somos dejará de tener sentido, ya no nos será necesaria, ya que estamos completamente integrados en nuestra realidad interior real, tal cual es.





    Más Menos
    20 m
  • Lo que somos sin hacer
    Apr 29 2025

    Lo que somos sin hacer


    Las reflexiones que comparto habitualmente se han convertido en mi principal actividad para avanzar en ese proceso de estar dentro y descubrir mi verdadera naturaleza, tan diferente de la idea de yo generada a lo largo de la vida.


    Cuando se profundiza en el interior se accede a una realidad mucho más auténtica y que a su vez nos saca de la interpretación de nuestro personaje humano que transcurre y a su vez nos aproxima a la realidad de todos.


    No ha de ser casual que nos sintamos más próximos a los demás y nuestra comprensión global crezca notablemente. Ocurre que accedemos a nuestra propia realidad muy similar a la de todos.


    Cuando logramos esto, podríamos estar en silencio y contemplación largo tiempo, ya que reconocemos que se trata de nuestra realidad mucho más nítida y cercana que nunca.


    Observamos que nos une a una dimensión por encima de nuestra comprensión humana y que a su vez es la que sostiene nuestra existencia.


    El resultado es que somos generados desde una dimensión donde somos unidad y que misteriosamente aquí nos percibimos de una forma individual y separada.


    Nuestro interior, ignorante de sí mismo, siempre ha buscado ese tipo de relación anhelada, encontrando tanto límite, tanta frustración y decepción creyendo que en lo humano lo encontraría.


    Sin embargo, cuando hemos dejado a un lado todos esos intentos y no dejamos ser desde dentro, sin ningún esfuerzo encontramos que mana desde ese interior la calma, la energía y el amor que tanto hemos buscado. La sensación de ser integrados en todo ello.


    Dejarse ser, dejarse estar, para finalmente dejarse vivir en consciencia.


    La sensación de vivir ha de permanecer desde esa sensación de existir y ser, de manera que la vida la vivamos como una experiencia y no como un valor por sí misma, en vez de vivir desde el pensamiento.


    El pensamiento de vivir identifica y representa la necesidad de ser algo, y algo, en base a la realidad exterior. Es ese el motivo de vivir dependiendo del exterior y el entorno para sostener lo que pensamos que somos.


    Es el motivo de que sea tan frustrante, ya que pensar no se sustenta en un ser consistente, sino en un pensamiento que siempre es fugaz.


    Por contra, el vivir desde la sensación interior de existir y ser está anclada en la realidad de lo que somos y por tanto es estable e imposible de ignorar, adquirimos más fuerza y nos hacemos invulnerables a los cambios del espacio y del tiempo.


    El resultado es que nuestra búsqueda de identidad terminará, nos dará calma y paz y nuestros pensamientos serán acordes con nuestro estado interior.


    La mente dejará de ser un circo de pensamientos incontrolados.


    Necesitamos lograr vivir desde lo real que somos y para ello tendremos que estar vigilantes para continuar viviendo desde la realidad interior, que se expresa a través de una realidad física concreta pero que no nos define.


    Quizás todos podemos entender estas cuestiones, pero lo importante no es entenderlo y generar una nueva idea de yo que sostener.


    Es necesario contemplar en uno mismo que nos mantenemos en ese dejarse ser mientras la visión exterior se desdibuja y trasparenta.


    Lo conseguiremos en la medida de que nuestro concepto de yo se separe más de lo que experimentamos en la cambiante experiencia humana y se acerque más a ese dejarse ser sin más.


    La práctica de inhalar desde la sensación de existir pretende afinar el reconocimiento de existir a lo largo del tiempo mientras interaccionamos con la vida.


    Según sostenemos la sensación de permanecer en ser nos habilitaremos a estar presentes en nuestros actos y terminará por estar presente en todos ellos.


    Todo lo que creemos ser se ha basado desde niños en lo que percibimos del entorno y se afianzado mucho en nuestro sistema. Es lógico que desapegarnos de esto y soltarlo llevará su tiempo y no podría hacerse hasta que nuestra identidad interior se haya fortalecido lo suficiente.


    continúa,...


    Más Menos
    14 m
  • Vivir el Ser
    Apr 29 2025

    Vivir el Ser


    La práctica de anticiparnos a todo lo que hacemos será casi el único recurso de que dispondremos para lograr vivir desde el interior de manera que dejemos de ser arrastrados por los sucesos cotidianos.


    Desde dentro podremos reflexionar sobre si realmente nos llenan nuestros objetivos humanos o si lo que buscamos en dar expresión a lo que anhelamos desde dentro y no conseguimos vivir externamente.


    Es ese lapso de tiempo desde que decimos hacer algo y el comenzar a realizar el movimiento para efectuarlo, tanto si se trata de cuestiones materiales, como si se trata de simplemente pensar.


    Siempre existe ese instante antes de hacer donde estamos iniciando la acción desde nuestra realidad interior.


    Por ello, reconocer la génesis del acto y quedarnos en la observación de quién lo inicia, nos servirá para detectar y descubrir nuestro yo real, el escondido y oculto de todo.


    Un instante antes de iniciar esa acción observar si ese acto se inicia desde la idea de yo generada durante nuestra vida o está acorde a la forma de percibir la realidad desde la visión interior.


    Generalmente, todos los actos veremos que se inician desde la idea de yo, lo cual es lo normal y se supone que es lo pretendido, dado el olvido de sí mismo que nos ocurre al nacer y la lógica generación de la identidad yo.


    Cuando reflexionamos desde la percepción de ser en el interior es cuando lograremos analizar la realidad de estas cuestiones. De otro modo no haremos otra cosa que seguir en la idea de yo natural.


    Por eso, es tan necesario desapegarnos de lo que creemos y hemos aceptado ser, para poder percibirnos como una realidad interior al margen de todo lo circunstancial y temporal.


    Mientras no logremos reconocer nuestra identidad interior real, necesitaremos entrar muchas veces dentro y dedicar tiempo para lograr posicionarnos en ello y lograr no hacer nada para no perpetuar el reconocimiento de nuestra identidad en lo efímero.


    Necesitamos lograr que nuestra realidad es completamente interior, no parcialmente. Entonces comenzaremos a vivir desde la realidad interior y probablemente ya no necesitaremos dedicar tiempo a soltar para ser.


    Sentirnos una idea de yo según lo externo no es real, está supeditado a lo casual, a lo efímero, que finalmente morirá.


    Contemplar nuestra propia muerte como el desapego completo de la idea de ser un ser humano es nuestra mejor maestra, la que nos permitirá estar en lo real y no en la representación según nos toque.


    Vivimos en un reflejo de interpretar lo que somos en base a lo que muere y descubrirlo nos libera de morir a cada segundo que pasa.


    Es el proceso que necesitamos para descubrir nuestro ser real.


    Cuando descubrimos que somos auto sostenidos en el tiempo es cuando logramos descansar en la sensación de ser y la no necesidad de hacer para existir. De esa manera lograremos anticiparnos a la próxima inhalación, al próximo pensamiento o acto.


    Entonces los actos no nos separarán de saber lo que somos en real y no seremos arrastrados al propio acto como algo que nos defina, sino un acto que realizamos como expresión de lo que somos.


    Ya no habrá una intención de lograr ser en el acto por sí mismo, sino que estaremos sostenidos en todo momento, antes de hacer, mientras hacemos y después.


    En cada pequeño acto, disfrutaremos de ser una realidad interior, en la mirada, en ese hacer tranquilo y sosegado.


    Seguiremos en el cuerpo sabiendo que no somos el cuerpo.


    Si no somos un cuerpo, tampoco seremos la idea de yo que se construyo a través de él y su interacción con otros cuerpos con su propia idea de yo construida igualmente a la nuestra.


    La desactivación de la idea de yo será un proceso paulatino que irá evolucionando hasta desaparecer sustituido por una completa comprensión y compasión.


    La anticipación a todo lo que hagamos será una constante que refleja que antes somos que hacemos y que el acto no menoscaba lo que somos.

    continúa,...


    Más Menos
    14 m
  • Práctica para Ser
    Apr 29 2025

    Práctica para Ser


    Para lograr mantenernos en ese estado interior de percepción de la realidad del ser vamos a tener que comprometernos con determinación, ya que las cuestiones de la vida humana se interpondrán en ello.


    Tendremos que extremar nuestra atención minuto a minuto para que ese flujo no se interrumpa, trasladar toda nuestra atención a no perder la nueva identificación con nuestro interior para no recaer en los enormes límites que presenta nuestra identidad humana.


    Deberemos mantenernos cada vez más tiempo en la sensación de identidad ser mientras que la idea de ser una realidad humana vaya perdiendo interés o credibilidad.


    Lograremos una nueva forma de estar presentes en la vida humana sin alejarnos del sentir interior.


    La forma de lograrlo es anteponernos a cualquier acto, movimiento o pensamiento para que cualquiera de ellos sean manifestados desde la consciencia de ser.


    Se trata de eliminar la desconexión habitual que se produce en cuanto abrimos los ojos y volvemos a lo cotidiano. Se produce de forma automática, vivir y olvidar el interior.


    Lo que nos permite acceder a ese estado de dicha de dejarse ser es abandonar todo pensamiento o idea generado desde lo humano.


    Que la sensación de ser esté presente siempre y nos anticipemos a cualquier acto.


    Que nuestros actos no se inicien desde nuestros pensamientos humanos y habituales.


    Es algo realmente complejo, ya que para nosotros vivir es hacer en tanto en cuanto identidad humana como hemos aprendido y sin embargo es lo más sencillo ya que no necesitamos hacer nada, ni siquiera pensarlo.


    Entonces se trata de practicar desde ese estado conectado a comenzar a realizar actos y pensamientos desde esa consciencia de ser tal cual es y acostumbrarnos a hacerlo en adelante.


    Generalmente todo lo que hacemos o pensamos lo realizamos desde la construcción humana aprendida que ha suplantado nuestra sensación de ser.


    El desapego de todo lo que creemos ser es el que tenemos que mantener mientras vivimos desde el ser.


    Quizás, la práctica más sencilla y directa es aprender a inhalar desde esa consciencia interior de ser. Percibir que uno mismo está en la acción de respirar y lo hacemos para sentir que estamos habitando un cuerpo.


    Podemos estar en esa práctica mucho tiempo, decidiendo inhalar cada vez como un acto interior que luego se manifiesta en la propia inhalación.


    Nos anticipamos a la inhalación como un querer decir “quiero estar presente en la inhalación y en mi propio cuerpo”.


    En ese acto sencillo de respirar podré comprobar que si puedo estar presente en ese acto de respirar.


    Cuando logremos estar permanentemente en la respiración podremos pasar a practicar con pequeños movimientos anticipándonos igualmente al propio movimiento.


    Nos moveremos, no para dar respuesta a un estímulo exterior, sino como un acto anticipado desde dentro.


    Es muy diferente mover el cuerpo para la idea de yo que sentir el movimiento mientras estamos percibiendo el influjo de nuestro ser.


    No utilizaré mi mente para comprender, me sostendré en la percepción de estar presente en el movimiento mientras sigo en el estado de escuchar la sensación de ser.


    De esta manera compruebo que esta es la clave, dejar de percibir la vida como resultado de nuestro aprendizaje, nuestra idea de yo, nuestro pensamiento, para en vez de eso, sentir cada segundo como un estar en el ser en lo humano.


    Aprendimos a vivir en base a lo material, a lo humano, a la sociedad y por ello se trata como de volver a empezar a vivir percibiendo la sensación de ser desde cero, construyendo una nueva identidad basada en percibirse desde dentro.


    Así, podremos estar anticipados a cualquier cosa, habremos aprendido a vivir desde nuestra realidad de ser interior. Los mecanismos mentales se habrán desconectado.

    La consecuencia de esto es que todas nuestras creencias, nuestras necesidades y dependencias ligadas a nuestra idea de yo habrán desaparecido por lo que lograremos un estado de libertad y plenitud com..

    continúa,...


    Más Menos
    19 m
adbl_web_global_use_to_activate_webcro805_stickypopup