A ti te invoco, Dios Verdad, en quien, de quien y por quien son verdaderas todas las cosas verdaderas.
Dios, Sabiduría, que en ti, de ti y por ti saben todos los que saben.
Dios, verdadera y suma vida, en quien, de quien y por quien viven las cosas que verdaderamente viven.
Dios bienaventuranza, en quien, de quien y por quien son bienaventurados cuantos hay bienaventurados.
Dios, Bondad y Hermosura, principio, causa y fuente de todo lo bueno y hermoso. Dios, Luz inteligible, en ti, de ti y por ti luce inteligiblemente todo cuanto inteligiblemente luce.
Dios, cuyo reino es todo el universo, que no alcanzan los sentidos.
Dios, cuya la ley de su reino también en nuestro mundo se describe.
Dios, de quien separarse es caer; a quien volver es levantarse; permanecer en ti es hallarse firme.
Dios, darte a ti la espalda es morir, volver a ti es revivir, morar en ti es vivir.
Dios, a quien nadie pierde sino engañado, a quien nadie busca sino llamado: a quien nadie halla sino purificado.
Dios, dejarte a ti es perderse; seguirte a ti es amar; verte es poseerte. Dios, que nos despiertas la fe, levantas la esperanza, nos unes en la caridad.
Te invoco a ti, Dios, por quien vencemos al enemigo.
Dios, por cuyo favor no hemos perecido nosotros totalmente.
Dios, que nos exhortas para que vigilemos.
Dios, por quien discernimos los bienes de los males, evitando el mal y siguiendo el bien.
Dios, por quien no sucumbimos ante las adversidades. Dios, a quien se debe nuestra buena obediencia y buen gobierno de nosotros mismos.
Dios, por quien aprendemos que es ajeno lo que alguna vez creímos nuestro y ahora vemos nuestro lo que creímos ajeno.
Dios, gracias a ti superamos los estímulos y halagos de los malos.
Dios, por quien las cosas pequeñas nos engrandecen. Dios, por quien lo mejor de nosotros no está sujeto a lo peor. Dios, por quien la muerte será absorbida por la victoria.
Dios, que nos conviertes. Dios, que nos desnudas de lo que no somos y nos vistes de lo que somos. Dios, que nos haces dignos de ser oídos.
Dios, que nos defiendes.
Dios, que nos guías a la verdad.
Dios, que nos muestras todo el bien, dándonos la cordura y librándonos de la ignorancia de los demás.
Dios, que nos vuelves al camino.
Dios, que nos llevas hasta la puerta.
Dios, que la abres para los que llaman. Dios, que nos das el Pan de la vida.
Dios, que nos das la bebida que nos sacia.
Dios, que nos das razones sobre el pecado, la justicia y el juicio.
Dios, por quien no nos arrastran los que no creen.
Dios, por quien reprobamos el error de los que piensan que las almas no tienen ningún mérito delante de ti.
Dios, por quien no somos esclavos de los serviles y pobres elementos.
Dios, que nos purificas y preparas para el divino premio, acude propicio en mi ayuda.
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