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En una época lejana, antes de que la historia avanzara penosamente sobre las colinas y destrozara el presente y el futuro. Antes de que el viento agarrara a la tierra por una esquina y la despojara de su nombre y de su carácter, antes de que Amal naciera; una pequeña aldea del este de Haifa vivía en la paz de los higos, de las olivas y del sol, con las fronteras abiertas.

¡La versión original y sin límites que nadie se atrevió a publicar! Continúa la Trilogía Venganza iniciada con DE RODILLAS; Con Dominic, Samara conoció una vida que nada tiene que ver con la real, conoció a una familia que se rige por sus normas, por sus parafilias, por una sexualidad atrevida y poco compasiva. Lo moralmente incorrecto alberga quizá más sentimientos y más amor que solo ha podido comprender siendo testigo de cada uno de los momentos que ha pasado con ellos.

¡La versión original y sin límites que nadie se atrevió a publicar! Dominic Romano es un abogado prestigioso, un hombre poderoso y seguro de sí mismo que posee todo lo que quiere. Pero Romano no ha podido olvidar a la mujer que le hizo daño siendo apenas un niño, Samara, la joven que se rió de él en el colegio durante muchos años y por la cual se ha convertido en el hombre que es.

Abbie, una experta ladrona de guante blanco, entra a robar en la casa de un rico empresario, dentro, un hombre espera, su objetivo: someter a la ladrona tras la que lleva tanto tiempo. Ramón, hijo del dueño de la casa y propietario de una empresa de seguridad atrapará a Abbie y la someterá con prácticas de BDSM, A partir de ahí, en Deseada, comenzará un juego de sumisión entre Abbie y Ramón en el que los roles de amo y de sumiso irán cambiando....

Abigaíl Montgomery es una joven profesora que vive en Baltimore, Estados Unidos, y a quien el amor solo le ha traído decepciones. A pesar de las cicatrices del pasado, Abby no ha perdido su espíritu de lucha ni su ánimo combativo. Un ánimo que tiene que poner en práctica cuando se topa con un gruñón, muy sexy por cierto, que la confunde con una secuestradora de niños. Ella no está dispuesta a tolerar aquel ridículo mal entendido, peor aún cuando acaba de quedarse sin empleo y tiene una persona que depende de sus cuidados.

Años atrás, salieron hombres de Quimera quienes con el paso de los años formaron sus imperios, se juraron a sí mismos que los suyos jamás pasarían por los tormentos que siendo niños sufrieron en aquella finca que había sido un orfanato. Durante la guerra, lo amoral era un delito, una enfermedad a tratar con dolorosos experimentos, y ahora las distintas familias y clanes que viven como Quimera se extienden por diferentes países y no dudan en ayudarse laboral y personalmente.