Episodios

  • El de Nazaret Docético
    Oct 5 2025

    Imagina, hermano, que lo que llamamos carne no fuera más que un velo, un ropaje prestado que esconde lo verdadero, un disfraz necesario para moverse entre nosotros sin que lo reconociéramos de inmediato, eso es lo que los antiguos gnósticos llamaron docetismo, la certeza de que el Cristo erademasiado inmenso para reducirse a huesos y sangre, demasiado eterno para ser tocado por la muerte, en su visión no sufrió en la cruz porque la luz no puede ser clavada, solo fue apariencia, un espejo para que creyéramos que compartía nuestro dolor, pero en realidad era presencia pura, incandescencia sin herida.

    Ahora bien, no se trata de negar su humanidad, sino de recordar que lo humano que veíamos era un puente, un símbolo viviente, y esa idea no está lejos del relato del Libro de Urantia, donde se nos dice que Miguel de Nebadon —ese príncipe creador de universos— eligió encarnarse en Urantia, nuestra Tierra, como Jesús de Nazaret, sabiendo que debía asumir la condición mortal, probar el pan del hambre, el peso del cansancio, la ternura del abrazo, pero sin dejar nunca de ser lo que era en esencia, un Hijo Creador que sostenía constelaciones enteras con un pensamiento.

    El docetismo y Urantia, aunque nacidos en tiempos tandistintos, se rozan en un mismo misterio: el de un ser que camina entre hombres y mujeres, pero que al mismo tiempo vibra en otra frecuencia, inalcanzable, y esa paradoja es la que enciende la pregunta que late desde el principio: ¿quiénfue Jesús?, ¿un hombre con poderes extraordinarios?, ¿un dios disfrazado de hombre?, ¿o un reflejo de lo que somos todos cuando dejamos caer las vendas? Así arranca el capítulo, con una duda que no divide, sino que invita a mirar más hondo, porque quizá no sea cuestión de elegir entrecarne y espíritu, sino de aceptar que en él —y por extensión en nosotros— ambos eran uno solo.

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    57 m
  • Cahokia, la Teotihuacan del Mississippi
    Sep 28 2025

    Imagina la vasta planicie del río Mississippi en un amanecerdel siglo XII, con la niebla levantándose suavemente sobre los humedales y el aire impregnado del olor a tierra húmeda. No hay rascacielos ni autopistas, ni siquiera aldeas dispersas como las que solemos asociar al mundo indígena norteamericano en la memoria común. Lo que se alza ante nuestros ojos es una ciudad. Una ciudad en toda regla, con plazas amplias, barrios organizados y, sobre todo, con montículos monumentales que se elevan hacia el cielo como si fueran montañas nacidas de la mano humana. Es Cahokia, el corazón olvidado de un continente que solemos mirar únicamente hacia el sur cuando pensamos en grandes civilizaciones.

    Sorprende porque contradice la imagen estereotipada de losnativos del norte: no eran solo cazadores en chozas dispersas, sino arquitectos de pirámides de tierra más anchas en su base que las de Egipto. En Monks Mound, el Montículo de los Monjes en su traducción al castellano, los sacerdotes y gobernantes contemplaban la llanura y guiaban la vida de decenas de miles de personas. Hablamos de una urbe que llegó a rivalizar en población con las capitales europeas de la época: Londres, París o Sevilla. ¿Cómo es posible que en el corazón de Norteamérica hubiera una ciudad de este calibre, y sin embargo casi nadie la recuerde?

    Los Cahokia no dejaron escritura, no nos transmitieron crónicas grabadas en piedra como los mayas ni códices pintados como los mexicas. Su memoria quedó enterrada en la tierra misma, en capas de barro y ceniza que los arqueólogos modernos han tenido que desentrañar conpaciencia. Por eso, cuando nos acercamos a su historia, lo hacemos con la sensación de estar rescatando un sueño que la propia tierra quiso guardar en secreto durante siglos.

    Esa es la puerta de entrada al misterio: un pueblo que supodomesticar el maíz, levantar templos de tierra, observar los astros con precisión y sostener un entramado social tan complejo como el de cualquier ciudad medieval europea… y que sin embargo desapareció casi sin dejar rastro. Ese contraste entre la grandeza y el olvido es lo que atrapa: ¿cómo pudo borrarse de la memoria colectiva algo tan colosal?

    Este será nuestro punto de partida, la primera chispa en elrelato: invitar al oyente a caminar entre la hierba alta de Illinois, levantar la vista a esos montículos que parecen colinas naturales y descubrir que, bajo su aparente sencillez, late la historia de la ciudad más enigmática de Norteamérica, la que algunos llaman la “Teotihuacán del Mississippi”.


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    53 m
  • Thule, la sociedad secreta origen del Nazismo
    Sep 15 2025

    Se dice que toda historia empieza con un nombre, y el deesta sociedad no podía ser más evocador: Thule. Los antiguos griegos hablaban de una tierra mítica situada en el confín del mundo, más allá de los mares conocidos, en el límite del hielo y la bruma. Era el norte imposible, un lugarque nadie había alcanzado pero que estaba grabado en la memoria colectiva como símbolo de lo inalcanzable, de lo puro y remoto. Con el paso de los siglos, esa palabra fue tomando un tinte distinto: ya no era solo un confín geográfico, sino la idea de un origen perdido, la patria ancestral de un pueblo fuerte y primigenio.

    En el siglo XIX, cuando Europa se debatía entre revolucionesindustriales, ideologías nuevas y la sed de espiritualidad que muchos buscaban en sociedades secretas y corrientes esotéricas, Thule reapareció como un imán para los soñadores de lo oculto. La teosofía de Blavatsky hablaba de razas raíz y continentes desaparecidos como la Atlántida o Lemuria, y pronto hubo quien quiso ver en Thule la cuna de la raza aria, el lugar mítico del que habrían partido los ancestros germánicos. No era más que una leyenda vestida conropajes de pseudociencia y ocultismo, pero en un continente convulso, los mitos suelen ser más fuertes que los hechos.

    Y así llegamos a 1918, el año en que Alemania se hundió enla derrota de la Gran Guerra. Un imperio que se creía eterno se desmoronaba, millones de hombres volvían del frente derrotados y mutilados, la economía se desplomaba y las calles hervían de hambre y rabia. En Baviera, los comunistashabían proclamado una efímera república soviética, y la violencia teñía de sangre cada esquina. Era un tiempo en que las certezas se derrumbaban, y cuando las certezas caen, los mitos cobran fuerza. ¿A dónde aferrarse en medio de la ruina? Para algunos, la respuesta no estaba en la política ni en la ciencia, sino en un pasado idealizado, en un origen mítico que prometía devolver la dignidad perdida.

    Ese fue el caldo de cultivo en el que la palabra “Thule” resonó de nuevo, ya no como un eco clásico, sino como bandera de un grupo que quiso ser más que un club secreto: un refugio espiritual y político para quienes soñaban con el renacer de Alemania. Una sociedad que tomaría ese nombre ancestral para envolver su ideología de pureza racial, ocultismogermánico y odio al enemigo señalado. El mito antiguo, transformado por el dolor moderno, se convertiría en semilla de uno de los movimientos más peligrosos del siglo XX.

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    53 m
  • Filipinas y el tesoro Japones
    Sep 7 2025

    Se cuenta que cuando la guerra en Asia se acercaba a su fin,el Imperio japonés ya no tenía nada que ganar y demasiado que perder, y aun así, entre las ruinas y los incendios, persistía un secreto que muchos historiadores llaman el oro fantasma de Asia, un botín colosal reunido en la llamada operación Golden Lily, el Lirio Dorado, una empresa tan clandestina queni siquiera todos los generales conocían su magnitud, porque no se trataba solo de lingotes arrancados de bancos y tesoros de estado, sino de reliquias milenarias, estatuas budistas, perlas, diamantes y cálices que habían pertenecido a templos, monasterios y palacios de China, Birmania o Malasia, todo empaquetado en cajas marcadas con ideogramas, cargado en barcos y enviado al corazón de Filipinas con la esperanza de que, si Japón caía, al menosquedara un tesoro con el que financiar un regreso o sostener a la familia imperial en las sombras.

    En ese tiempo la guerra en el Pacífico ya era un infierno,los bombarderos norteamericanos arrasaban ciudades enteras, los submarinos hundían navíos de abastecimiento y los aliados avanzaban desde el sur como un torrente que nadie podía detener, y sin embargo, bajo esa lluvia de hierro,hubo quienes trabajaban con mapas secretos, dinamita y túneles excavados en la selva, porque la orden era clara: enterrar el oro, sellar las cuevas, levantar trampas mortales que convirtieran aquellas montañas en tumbas para cualquiera que se atreviera a profanarlas. La figura del general Tomoyuki Yamashita, apodado el Tigre de Malasia por su fulgurante conquista de Singapur, quedó ligada para siempre a esta historia, pues era él quien tenía el mando de las fuerzas en Filipinas durante los últimos estertoresdel Imperio.

    Los rumores dicen que oficiales de alto rango y hastamiembros de la familia imperial participaron en el diseño de la operación, y que fue el príncipe Yasuhito Chichibu , hermano del emperador Hirohito, quien supervisó parte del plan, aunque aquí la historia ya se mezcla con la bruma de lo especulativo, porque lo que es seguro es que el pillaje japonés fue real, está documentado en cada país ocupado, lo que no está tan claro es la magnitud de lo enterrado en Filipinas y cuántas de esas cámaras llegaron a sellarse antes de la rendición.

    Imagina querido oyente etsa escena: la guerra perdida,soldados exhaustos cargando cajas pesadas en mitad de la jungla, ingenieros cerrando galerías con explosivos, monjes despojados de sus tesoros milenarios sin saber si alguna vez volverían a verlos, y un general que sabía que todo aquel esfuerzo quizá no serviría para cambiar el destino del Japón, pero sí para alimentar la leyenda de un oro maldito, escondido bajo la tierra tropical, esperando pacientemente a que la codicia humana volviera a abrir sus entrañas.

    Y así comienza nuestro relato, con un tesoro que no apareceen los libros de cuentas, pero sí en las pesadillas y ambiciones de presidentes, cazadores y dictadores, un oro fantasma que será la chispa de una de las historias más oscuras y fascinantes de la posguerra.


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    54 m
  • Enoc y los Angeles caídos - El secreto borrado de la Biblia
    Aug 24 2025

    Hay libros que nacen para brillar y libros que nacen paraesconderse, escritos que se vuelven columnas del mundo y otros que, aun respirando la misma grandeza, quedan condenados a las sombras. El Libro de Enoc pertenece a esta segunda estirpe, la de los secretos demasiado peligrosos para estar al alcance de todos, la de las revelaciones que incomodan a los poderosos y despiertan más preguntas de las que dan respuestas. No es casualidad que su nombre se repita como un eco prohibido, ni que su figura aparezca como una grieta en la memoria sagrada de la humanidad, porque ahí donde la Biblia dice escuetamente que Enoc caminó con Dios y desapareció porque Dios se lo llevó,este libro nos abre un abismo lleno de ángeles caídos, gigantes devoradores y cielos repletos de fuego y misterio.

    Se cuenta que durante siglos este texto estuvo perdido parael mundo occidental, arrinconado en la tradición etíope, que lo guardó como quien custodia un tesoro de fuego. Mientras en Europa se alzaban catedrales y se discutía qué evangelios debían ser admitidos en la Biblia, allá en las tierras altas de Etiopía se recitaban aún las visiones de Enoc como parte vivade su fe. Y no fue hasta el siglo XVIII cuando un explorador escocés, James Bruce, lo rescató de aquellas montañas, regresando con varios manuscritos que causaron un temblor entre los eruditos de Europa. Era como si la tierra mismaentregara un fragmento olvidado del cielo, un pedazo de la memoria arrancada a propósito de la historia oficial.

    La pregunta que se abre es inevitable: ¿por qué fue expulsado de la Biblia? ¿Qué contenía que podía resultar tan incómodo? Si observamos con cuidado, descubrimos que el Libro de Enoc habla de rebeliones en los cielos, de seres divinos que descienden a la tierra para mezclarse con lashijas de los hombres, de secretos transmitidos que alteran el equilibrio del mundo. Un relato donde los vigilantes enseñan a los humanos las artes de los metales, de los encantamientos, de la astrología prohibida, y donde el castigo de los gigantes marca un antes y un después en la relación entre lo divino y lo humano.

    No es difícil entender entonces que este texto levantarasospechas en los guardianes del dogma, pues presentaba a los ángeles no como mensajeros perfectos sino como rebeldes capaces de caer, de amar, de enseñar yde ser condenados. La misma estructura del universo que el libro describe —con soles y lunas regidos por leyes inmutables, con puertas de vientos que sostienen el equilibrio de la creación— parecía abrir más puertas quecerrarlas, y quizá esa era la mayor amenaza: un conocimiento que no cabía en los muros de una fe cerrada.

    Desde su recuperación, el Libro de Enoc ha sido leído comoprofecía, como mito, como gnosis, como un mapa oculto del cosmos. Para algunos es una llave para comprender la raíz del cristianismo; para otros, un eco de los mitos sumerios y de la memoria atlante; y para no pocos, una confirmación de que lo que llamamos ángeles puede ser interpretado como visitantes de otros mundos. Sea como sea, lo cierto es que el mero hecho de que existiera y fuera prohibido le da un aura de misterio irresistible.

    Así comienza nuestro viaje: entrando en un libro queestuvo más de mil años enterrado en la penumbra, que reaparece como un río subterráneo que vuelve a salir a la luz, y que nos obliga a preguntarnos qué secretos guardaba el silencio de los siglos. Porque no es solo un texto antiguo: es la huella de una batalla espiritual, un espejo en el que resuena la pregunta más temida por cualquier poder establecido… ¿y si lo que nos ocultaron era precisamente lo que más necesitábamos saber?

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    55 m
  • La colera dormida de la tierra: Volcanes 2ª parte
    Aug 18 2025

    Hubo un tiempo en que la Tierra aún no había aprendido a separarse. Todos los continentes formaban un único cuerpogigantesco llamado Pangea, como si el planeta aún estuviera abrazándose a sí mismo, sin decidir qué forma tomar. Era una época extraña, intermedia, una especie de adolescencia geológica en la que los reptiles dominaban los paisajesy los mares se extendían sin interrupciones. El Triásico llegaba a su fin, y con él, una calma engañosa.

    Porque debajo de aquella superficie inmensa y aparentemente estable, algo se estaba gestando.

    Hoy en día, si uno menciona las grandes extinciones de la historia de la Tierra, la mayoría piensa en la más famosa: la de los dinosaurios, hace 66 millones de años, cuando un meteorito impactó en lo que hoy es México y oscureció el cielo durante años. Otros quizá recuerden la extinción masiva del Pérmico, la mayor de todas, cuando casi el 90% de las especies desaparecieron.

    Pero hay una que rara vez se menciona. Una gran muerte silenciosa, como borrada del recuerdo colectivo. O quizá sea que ocurrió tan atrás en el tiempo, y de forma tan paulatina yprofunda, que apenas dejó fósiles lo bastante dramáticos como para capturar la imaginación humana. La extinción del Triásico-Jurásico, hace aproximadamente 201 millones de años, fue una muerte larga… ardiente… y subterránea.

    No llegó del cielo. No vino en forma de cometa, ni como un castigo divino desde las estrellas. No hubo impactovisible, ni cráter que sirva hoy de referencia. Lo que ocurrió entonces fue aún más inquietante: la Tierra decidió abrirse desde dentro.

    Y cuando lo hizo, lo cambió todo.

    Aquella fue una muerte sin rostro, sin ruido inmediato. Pero su eco retumba todavía en nuestros genes, en las piedras que pisamos y en la historia que aprendimos de los libros: porque fue ese evento, y no otro, el que le abrió el camino a los dinosaurios para que conquistaran el planeta. Si no hubiese ocurrido, si el fuego no hubiera arrasado primero, nunca habrían reinado. Nunca habrían dejado huellas. Y quizánosotros tampoco estaríamos aquí.

    ¿No es curioso? Que para que algo pueda nacer, otra cosa deba morir primero. Que el mundo tenga que reiniciarse,con dolor, cada cierto tiempo. Como si la vida se escribiera a base de capítulos... y cada capítulo empezara con una página en llamas.

    Y así, justo en el umbral de esa página ardiente, comienza nuestra historia.


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    52 m
  • La colera dormida de la Tierra: Volcanes
    Aug 12 2025

    Hubo un tiempo en que la Tierra aún no había aprendido a separarse. Todos los continentes formaban un único cuerpogigantesco llamado Pangea, como si el planeta aún estuviera abrazándose a sí mismo, sin decidir qué forma tomar. Era una época extraña, intermedia, una especie de adolescencia geológica en la que los reptiles dominaban los paisajesy los mares se extendían sin interrupciones. El Triásico llegaba a su fin, y con él, una calma engañosa.

    Porque debajo de aquella superficie inmensa y aparentemente estable, algo se estaba gestando.

    Hoy en día, si uno menciona las grandes extinciones de la historia de la Tierra, la mayoría piensa en la más famosa: la de los dinosaurios, hace 66 millones de años, cuando un meteorito impactó en lo que hoy es México y oscureció el cielo durante años. Otros quizá recuerden la extinción masiva del Pérmico, la mayor de todas, cuando casi el 90% de las especies desaparecieron.

    Pero hay una que rara vez se menciona. Una gran muerte silenciosa, como borrada del recuerdo colectivo. O quizá sea que ocurrió tan atrás en el tiempo, y de forma tan paulatina yprofunda, que apenas dejó fósiles lo bastante dramáticos como para capturar la imaginación humana. La extinción del Triásico-Jurásico, hace aproximadamente 201 millones de años, fue una muerte larga… ardiente… y subterránea.

    No llegó del cielo. No vino en forma de cometa, ni como un castigo divino desde las estrellas. No hubo impactovisible, ni cráter que sirva hoy de referencia. Lo que ocurrió entonces fue aún más inquietante: la Tierra decidió abrirse desde dentro.

    Y cuando lo hizo, lo cambió todo.

    Aquella fue una muerte sin rostro, sin ruido inmediato. Pero su eco retumba todavía en nuestros genes, en las piedras que pisamos y en la historia que aprendimos de los libros: porque fue ese evento, y no otro, el que le abrió el camino a los dinosaurios para que conquistaran el planeta. Si no hubiese ocurrido, si el fuego no hubiera arrasado primero, nunca habrían reinado. Nunca habrían dejado huellas. Y quizánosotros tampoco estaríamos aquí.

    ¿No es curioso? Que para que algo pueda nacer, otra cosa deba morir primero. Que el mundo tenga que reiniciarse,con dolor, cada cierto tiempo. Como si la vida se escribiera a base de capítulos... y cada capítulo empezara con una página en llamas.

    Y así, justo en el umbral de esa página ardiente, comienza nuestra historia.


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    55 m
  • Dorothy Louise Eady - Om Seti
    Aug 3 2025

    Hay historias que empiezan con una fecha, un lugar y unnombre. Y hay otras que comienzan con una caída. Literal. Como si el destino empujara a alguien para recordarle lo que había olvidado. La vida de Dorothy Louise Eady, más tarde conocida como Om Seti, pertenece sin duda a este segundotipo.

    Estamos en Londres, año 1907. Una niña de tres años juega en casa, revoloteando entre los muebles como cualquier criatura de su edad. Nada hace presagiar lo que va a ocurrir… hasta que un descuido, un traspié o quién sabe si algo más, la hace caer por unas escaleras de forma brutal. Queda inmóvil. Sus padres, aterrados, llaman al médico. Y este, tras examinarla, declara que la niña está muerta. Pero al poco tiempo, contra todo pronóstico, vuelve a la vida.

    Ese instante marca un antes y un después. Porque la Dorothyque se levanta del lecho no es del todo la misma que cayó. Algo se ha abierto, algo ha regresado con ella desde ese lugar al que por unos minutos viajó. Desde ese día, comienza a hablar de un “hogar” lejano, de un sitio que no está enInglaterra ni en esta época, un lugar lleno de columnas, de jardines de papiros, de sacerdotes y de templos bañados por el sol del desierto. Un lugar que los adultos a su alrededor no entienden… pero que ella identifica con una certeza inquebrantable: el Antiguo Egipto.

    A partir de entonces, los signos se multiplican. Tiene pesadillas, visiones, momentos en los que parece “irse” y hablar en otra lengua. Dibuja símbolos extraños que más tarde se identificarán como jeroglíficos, aunque ella no ha tenido jamás contacto con ellos. La pequeña empieza a decir frases que desconciertan a sus padres, como “quiero volver a mi casa verdadera”, “¿dónde está mi gente?” o “esto no es mi tiempo”.

    Los médicos hablan de trauma postraumático. Algunosfamiliares piensan que está inventando o que tiene una imaginación demasiado fértil. Pero Dorothy no duda. Cada palabra suya, cada gesto, está lleno de convicción. Algo dentro de ella se ha encendido, como una lámpara quellevaba siglos apagada.

    Es entonces cuando ocurre otro momento clave. En una visitaal Museo Británico, al llegar a la sala de antigüedades egipcias, la niña corre hacia una estatua de piedra, cae de rodillas, y comienza a besar sus pies. Sus padres, avergonzados, intentan apartarla, pero ella no quiereirse. Llora, suplica quedarse. Dice que “es su gente, su mundo, su hogar”. Y al mirar fijamente las imágenes de los faraones y dioses del Nilo, no lo hace con la curiosidad de una niña que aprende, sino con la emoción de alguien querecuerda.

    Aquella visita marcará el resto de su vida. Porque desde esemomento, Dorothy ya no será solo una niña británica con interés por la historia… sino una buscadora incansable, convencida de que su alma pertenecía a otra era. Y lo más desconcertante: no solo creía haber vivido en Egipto… sino que sabía con certeza quién había sido allí.

    Pero eso —su identidad pasada, sus memorias del templo, y el amor prohibido que cambiaría su destino— lo revelaría mucho más adelante. Lo que por ahora sabemos es que todo empezó con una caída. Y que a veces, para recordar lo que fuimos, hace falta morir un poco primero.


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    55 m