“El mundo arde, y yo hago scroll.”

Vivimos en una época donde mirar parece suficiente.
Donde la tragedia se consume con la misma facilidad con la que se cambia de serie.
Este episodio es un puñetazo a la pasividad.
Un retrato incómodo del activismo de sofá, de la indignación fugaz, y de cómo las redes nos han convertido en testigos silenciosos de un mundo que se desangra… mientras seguimos deslizando el dedo por la pantalla.

Si alguna vez sentiste que estabas informado, pero en realidad solo estabas entretenido, este episodio es para ti.
Porque la compasión también se agota.
Y la esperanza, si no se cultiva, termina siendo solo otra notificación.

Escúchalo con los ojos bien abiertos.
Y después… decide si seguirás observando desde la última fila.

¿Por qué en España, a pesar del hartazgo social, nunca pasa nada? En este primer episodio desmontamos los mecanismos invisibles de control que mantienen a la sociedad pasiva y adormecida: desde la corrupción impune y la dependencia económica, hasta la polarización artificial y la pérdida del pensamiento crítico.

Presentamos un nuevo concepto: el Carnívoro Neuronal, una metáfora brutal sobre cómo hemos dejado de pensar por nosotros mismos y nos hemos devorado el criterio a cambio de comodidad.

Pan, circo, enemigos prefabricados, ayudas envenenadas y una jaula que no se ve, pero se siente.
La revuelta empieza en la mente. Y tú decides si seguir funcionando en automático… o despertar.

🎧 Escúchalo. Compártelo. Y sobre todo, piensa. Aunque duela.

Después de más de una decena de capítulos, Desnudo Emocional se despide… al menos con ese nombre. En este episodio final, reflexiono sobre la censura silenciosa que nos rodea, esa que no lleva uniforme ni avisa, pero que te entierra en el olvido digital. El algoritmo no prohíbe, simplemente te borra.

Hablar con verdad hoy es un acto de resistencia. Y aunque me vea obligado a cambiar el nombre del podcast por una simple palabra que incomoda —“Desnudo”—, la esencia permanece.

Bienvenid@ a un episodio incómodo, honesto y necesario. Y si decides quedarte, que sepas que esto no termina aquí… solo cambia de piel.

Desde la próxima semana, este espacio se llamará La Jaula Invisible.