Episodios

  • TA 25 - Animales y huracanes
    Nov 16 2025

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    El océano frente a un huracán

    Un huracán no solo golpea la costa. También transforma el océano. Cambia la temperatura. Mueve especies. Rompe corales. Aporta nutrientes. Devuelve vida. Y destruye. Todo ocurre al mismo tiempo. Todo ocurre muy rápido.

    Además, cuando el viento aumenta, la superficie del mar se mezcla con aguas profundas. Esa combinación enfría el océano varios grados. El descenso modifica el comportamiento de peces, tortugas y corales. El impacto es inmediato. Y también es profundo.

    Por otro lado, el huracán desplaza sedimentos. Cambia playas. Erosionan zonas de anidación. Afecta manglares y praderas marinas. En ocasiones daña todo. En otras limpia y renueva lagunas enteras. El mar adopta una nueva forma y el ecosistema vuelve a organizarse.

    Los corales lo sienten con fuerza. Las olas rompen colonias enteras. Los fragmentan. Los arrancan. La energía del huracán es pura fuerza bruta bajo el agua. Aun así, surge una oportunidad. El agua fría reduce el estrés térmico. Evita el blanqueamiento. Y ofrece un respiro cuando el calor los empuja al límite.

    Después de un huracán llega un cambio visible desde el espacio. La mezcla del océano sube nutrientes. El fitoplancton crece. Las manchas verdes aparecen en las imágenes satelitales. La productividad aumenta. El mar respira. La vida sube desde el fondo.

    Tiburones e inminencia de tormenta

    Algunas especies no esperan el impacto. Se adelantan. Detectan la caída de presión. Huyen antes de que llegue la tormenta. El tiburón es un buen ejemplo. Es rápido. Muy preciso. Extremadamente sensible. Percibe el cambio antes que nosotros. Desciende a aguas profundas. Sale de la zona. Busca seguridad inmediata.

    En 2017, antes de Irma, ocurrió algo claro. Varios tiburones tigre, martillo y toro se alejaron de la costa más de medio día antes del impacto. Algunos bajaron a 200 metros. Actuaron por instinto. También por supervivencia. Y porque su cuerpo entiende el océano mejor que cualquier humano.

    Cuando el huracán pasa, regresan. Sin embargo, no regresan igual. El alimento cambió. Las presas se movieron. El paisaje ya no es el mismo. Durante semanas ajustan sus rutas. El mar impone nuevas reglas. Y ellos vuelven a adaptarse.

    Calentamiento global y ecosistemas marinos

    El cambio climático complica todo. El mar se calienta. Pierde oxígeno. Se acidifica. El equilibrio se rompe. Los corales se estresan. Expulsan sus algas. Se blanquean. Se mueren. Desde 1980, los grandes eventos de blanqueamiento se multiplicaron. Tres veces más. El ritmo es brutal.

    La Gran Barrera de Coral es el ejemplo más claro. Más de dos mil kilómetros de arrecifes. Mitad perdido en tres décadas. Calor extremo. Eventos masivos. Ecosistemas enteros al límite.

    El Caribe tampoco se salva. México. Belice. Cuba. Florida. Todos sufren. Los veranos de 2023 y 2024 fueron críticos. El mar pasó de los 32 °C. Muchos arrecifes quedaron devastados.

    Pero hay esperanza. Hay restauración. Hay viveros submarinos. Hay fragmentos de coral listos para replantar. Oceanus en México. Mission: Iconic Reefs en Florida. Grandes proyectos en Australia. Robots y drones submarinos. Equipos completos dedicados a recuperar el mar. La ciencia avanza. La naturaleza responde cuando la dejamos.

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  • TA 24 - Los huracanes con más meses
    Nov 10 2025

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    La temporada de Huracanes en el Atlántico: Entendiendo el Ciclo Anual
    La temporada oficial de huracanes en el Atlántico, que abarca el Océano Atlántico, el Mar Caribe y el Golfo de México, se extiende del 1 de junio al 30 de noviembre. Sin embargo, la actividad ciclónica es un maratón, no un sprint, con picos y valles claros a lo largo de esos seis meses.

    El Punto Culminante: 10 de Septiembre
    El pico climatológico de la temporada de huracanes en el Atlántico se produce el 10 de septiembre. Alrededor de esta fecha, las condiciones son óptimas: las temperaturas de la superficie del mar están en su punto máximo, y la cizalladura del viento (un factor que inhibe la formación de tormentas) suele ser mínima. Históricamente, casi la mitad de toda la actividad de huracanes y el 95% de los huracanes intensos (categoría 3 o superior) ocurren entre agosto y octubre.

    Desglose Mensual de la Actividad:
    Junio y Julio: Son meses de inicio lento. Las tormentas que se forman suelen hacerlo más cerca de la costa, en el Golfo de México o el Caribe occidental, aprovechando las aguas cálidas locales. La mayoría son tormentas tropicales o huracanes menores.

    Agosto: La actividad comienza a aumentar significativamente a mediados de mes. Las perturbaciones que salen de la costa de África (conocidas como ondas tropicales) comienzan a encontrar un ambiente más favorable para desarrollarse en el Atlántico tropical oriental.
    Septiembre: El mes más activo para el desarrollo de tormentas y huracanes. Las condiciones perfectas se alinean en toda la cuenca, desde el Caribe hasta el Atlántico abierto.

    Octubre y Noviembre: La actividad empieza a decaer. El enfoque de formación se traslada de nuevo hacia el Caribe occidental y el Golfo de México, donde el agua permanece lo suficientemente cálida por más tiempo.

    ¿Qué pasa fuera de temporada?
    Aunque es raro, los ciclones tropicales pueden formarse antes del 1 de junio o después del 30 de noviembre si las condiciones lo permiten. Estos sistemas suelen ser de corta duración, pero demuestran que la naturaleza no siempre sigue el calendario oficial. La preparación es clave durante todo el año.

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  • TA 23 - Huracanes y tornados, ¿son muy diferentes?
    Nov 2 2025

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    ¡Los tornados no son huracanes!

    En este episodio de Turbulencias Atmosféricas aclaramos una de las confusiones más comunes que escucho cada temporada: la diferencia entre tornados y huracanes. A menudo la gente los menciona como si fueran lo mismo, pero no lo son. Para explicarlo me acompañó un gran amigo y colega, el meteorólogo y oceanógrafo Eduardo Rodríguez, con quien desmenuzamos cómo se forman, cómo se comportan y por qué pueden ser tan distintos pese a compartir algunas similitudes, como el giro antihorario en el hemisferio norte. Mientras un huracán puede durar días y recorrer miles de kilómetros, un tornado aparece, arrasa y desaparece en cuestión de minutos.

    Durante la charla hablamos también de cómo se mide su intensidad. Los tornados se clasifican con la escala Fujita, mientras que los huracanes se miden con la Saffir–Simpson. Lo curioso es que, aunque un tornado puede tener vientos más fuertes —hasta 500 km/h en un F5—, los huracanes provocan daños mucho mayores porque duran más tiempo, generan marejadas, lluvias torrenciales e inundaciones. Eduardo explicó con claridad que los tornados surgen del choque entre aire frío y seco con aire cálido y húmedo, especialmente en el centro de Estados Unidos, mientras que los huracanes se alimentan del calor de los océanos tropicales.

    Después se sumó Kamila Daza, que trajo datos muy interesantes. Texas, por ejemplo, es el estado que más tornados registra cada año, más de 120, aunque Oklahoma y Kansas tienen una mayor densidad. También repasamos algunos de los tornados más recordados y su impacto cultural, desde las películas Twister y Twisters hasta la historia real de Tim Samaras, el legendario cazatormentas del libro The Man Who Caught the Storm. Todo ese universo de ciencia, cine y riesgo muestra hasta qué punto estos fenómenos despiertan respeto y curiosidad a la vez.

    Cerramos el episodio hablando de algo fundamental: la preparación. En un tornado, el tiempo de reacción se mide en minutos; en un huracán, en horas o días. Saber dónde refugiarse, conocer las rutas de evacuación y tener un plan familiar puede marcar la diferencia entre el peligro y la seguridad. Siempre digo que entender el tiempo no es solo una cuestión de ciencia, sino de supervivencia. Y por eso me gusta compartir estos espacios: para que cada uno de nosotros esté mejor informado y pueda enfrentarse al poder de la naturaleza con conocimiento y respeto.


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  • TA 22 - La importancia de los seguros para huracanes
    Oct 26 2025

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    En este episodio de Turbulencias Atmosféricas, te invito a despegar conmigo en un vuelo distinto: uno donde la previsión y la responsabilidad son tan importantes como los pronósticos del tiempo. Siempre lo digo: no todo depende del huracán, también depende de lo que hagas antes. Prepararte con la información adecuada —y con los seguros correctos— puede marcar la diferencia entre recuperarte o perderlo todo.

    Acompañado por mi amigo y colega, el meteorólogo y oceanógrafo Eduardo Rodríguez, exploramos un tema que pocas veces se habla en los medios: el mundo de los seguros ante huracanes. Eduardo explica de forma muy clara por qué el seguro contra huracanes y el de inundaciones no son lo mismo, y cómo muchas personas creen estar cubiertas cuando en realidad solo tienen la mitad de la protección. También analizamos los costos, los deducibles y cómo las aseguradoras determinan el riesgo según cada condado o región costera.

    Más adelante, compartimos datos que a mí personalmente me impactaron: apenas el 4 % de los hogares en zonas vulnerables tienen seguro de inundaciones, y en Houston, apenas el 15 %. Conversamos sobre por qué muchas familias deciden no asegurarse, y cómo los grandes desastres como Andrew o Harvey cambiaron la mentalidad y las políticas en todo Estados Unidos.

    En la segunda parte se suma Yuri, experta en seguros, para ampliar la conversación más allá de lo material. Con ella hablamos de cómo los seguros también protegen la salud física, emocional y económica durante y después de un huracán. Yuri explica qué son los seguros complementarios —de indemnidad, salud y vida— y cómo pueden ayudarte si pierdes ingresos, sufres una lesión o si tu familia enfrenta una situación difícil.

    Cierro el episodio con consejos muy prácticos: guarda copias digitales y físicas de tus pólizas, ten tus documentos en la nube o con alguien de confianza, y recuerda que la resiliencia no solo depende de las paredes de tu casa, sino también de tus decisiones financieras.

    Porque al final, asegurarte no es un gasto, es una inversión en tranquilidad, seguridad y futuro.

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  • TA20 - Lo que debes saber sobre los huracanes
    Oct 12 2025

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    En este episodio especial de Turbulencias Atmosféricas, nos embarcamos en un viaje de más de diez horas de conversaciones, ciencia, historia y experiencias humanas condensadas en cuarenta intensos minutos. Desde la cabina de mando, Albert Martínez nos guía a través del fascinante universo de los huracanes: cómo nacen, se alimentan y transforman nuestras costas y nuestras vidas. Con la voz de la experiencia y la pasión de un comunicador que ha vivido las tormentas desde dentro, exploramos los misterios del viento, el océano y el cielo con un lenguaje claro, visual y humano.

    Más allá de la meteorología, este capítulo nos lleva al corazón de las ciudades costeras donde la naturaleza y la vida cotidiana se cruzan. Miami, símbolo de resistencia y vulnerabilidad, sirve como punto de partida para hablar de migración, reconstrucción y comunidad latina. Escuchamos historias de quienes enfrentaron huracanes históricos como Andrew o María, pero también de quienes construyen resiliencia desde la educación, la cultura y la gastronomía.

    Finalmente, la conversación se eleva hacia la reflexión: ¿cómo aprendemos a convivir con un planeta cambiante? A través de la ciencia, la memoria y la emoción, este especial nos recuerda que el clima no es solo un fenómeno físico, sino una experiencia profundamente humana. Turbulencias Atmosféricas nos invita a mirar al cielo con respeto, al mar con conciencia y a nuestras casas —y nuestras decisiones— con una nueva perspectiva sobre la fragilidad y la fuerza de la vida.

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  • TA 19 - Los peores huracanes de Nicaragua y Honduras
    Oct 5 2025

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    Centroamérica cuando el mar no dio tregua: el doble golpe de Eta e Iota (2020) y la cicatriz que dejó Mitch (1998). Sobrevolamos Nicaragua y Honduras para entender qué pasó, por qué fue tan devastador y qué lecciones de alerta temprana, ordenamiento territorial e infraestructura resiliente nos preparan mejor para la próxima temporada. Este episodio de Turbulencias Atmosféricas combina crónica, datos y contexto histórico para informar, proteger y empoderar.

    En este episodio aprenderás por qué dos huracanes mayores golpearon casi el mismo punto de Nicaragua con pocos días de diferencia en 2020; cómo la saturación de suelos tras Eta agravó las inundaciones y los deslizamientos con Iota; cuáles son las cifras clave y las lecciones de Mitch (1998), uno de los huracanes más mortíferos del Atlántico; las claves esenciales para entender la geografía, los símbolos y los volcanes de Nicaragua; y la memoria y el futuro de Honduras, con sus riesgos, resiliencia y oportunidades, incluyendo Roatán, el arrecife mesoamericano y un ecoturismo responsable.

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  • TA 18 - Los peores huracanes de México
    Sep 28 2025

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    En noviembre de 2020, el huracán Eta impactó principalmente en Centroamérica, pero sus efectos también alcanzaron con fuerza al sur de México. En los estados de Chiapas y Tabasco, las lluvias torrenciales asociadas al sistema provocaron graves inundaciones y deslizamientos de tierra. Las precipitaciones superaron acumulados históricos, lo que ocasionó el desbordamiento de ríos, anegando comunidades enteras y dejando a miles de personas damnificadas.

    Las consecuencias en México fueron especialmente duras para poblaciones vulnerables, donde la infraestructura básica no resistió la magnitud de las lluvias. Muchas familias perdieron sus viviendas y pertenencias, y las autoridades reportaron víctimas mortales en medio de la emergencia. Eta mostró que, aunque un ciclón no toque tierra directamente en el país, los efectos indirectos como lluvias extremas pueden ser igual de devastadores.

    Por otra parte, el huracán Gilbert, en septiembre de 1988, pasó a la historia como uno de los ciclones más intensos y destructivos en el Atlántico. Alcanzó la categoría 5 con vientos sostenidos de 260 km/h (160 mph) antes de impactar la isla de Cozumel y la península de Yucatán. Al tocar tierra, arrasó con todo a su paso: viviendas destruidas, hoteles colapsados, árboles derribados y líneas eléctricas inutilizadas, dejando a cientos de miles de personas sin servicios básicos.

    Tras atravesar Yucatán, Gilbert continuó su trayectoria hacia el Golfo de México, manteniendo gran parte de su fuerza. Posteriormente tocó tierra en el noreste del país, en Tamaulipas, donde también ocasionó inundaciones severas y daños en la agricultura y la ganadería. Se calcula que en total provocó la muerte de más de 200 personas en la región y dejó daños millonarios que tardaron años en repararse.

    La magnitud de Gilbert lo convirtió en un huracán emblemático para México. Los daños materiales alcanzaron proporciones históricas, afectando tanto a la economía local como al turismo en Cancún y otras ciudades del Caribe mexicano. Para muchos, Gilbert se convirtió en un punto de referencia sobre lo que un ciclón de gran escala puede significar en términos de destrucción y recuperación.

    Tanto Eta como Gilbert, en contextos distintos, resaltan la vulnerabilidad de México frente a fenómenos meteorológicos extremos. Mientras Gilbert mostró la fuerza bruta del viento y el impacto directo de un huracán mayor, Eta evidenció los riesgos de las lluvias prolongadas y las crecidas repentinas de ríos. Ambos casos subrayan la importancia de contar con planes de prevención, sistemas de alerta temprana y estrategias de resiliencia comunitaria para reducir el impacto de futuros huracanes.

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  • TA 17 - Los huracanes de República Dominicana
    Sep 21 2025

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    En República Dominicana hay dos huracanes que quedaron grabados en la memoria colectiva: David en 1979 y Georges en 1998. El huracán David llegó con fuerza de categoría 5 y dejó una de las peores tragedias de la historia del país. Más de dos mil personas perdieron la vida, miles de viviendas quedaron destruidas y casi tres cuartas partes de los cultivos nacionales fueron arrasados. La isla quedó paralizada durante semanas y la recuperación tomó años.

    Casi veinte años después, en 1998, el huracán Georges volvió a poner a prueba a los dominicanos. Alcanzó categoría 4 y dejó 283 fallecidos, más de 260 mil damnificados y pérdidas materiales enormes que afectaron al transporte, la energía y la agricultura. Las imágenes de comunidades incomunicadas y de refugios improvisados marcaron a toda una generación. Fue un recordatorio de la vulnerabilidad del Caribe frente a los ciclones tropicales.

    David y Georges no solo dejaron destrucción, también evidenciaron la resiliencia del pueblo dominicano. A pesar de las pérdidas humanas y materiales, la isla logró levantarse. Hoy estos dos nombres son parte de la historia y de las lecciones aprendidas para enfrentar con más preparación los embates de la naturaleza.

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