Halloween es la noche más terrorífica del año, pero a la vez, como la Nochebuena, una de las favoritas de chicos y grandes. Ofrece una oportunidad especial para disfrazarse y asumir otra personalidad por unas horas.
Esta fiesta de orígenes paganos, que la Iglesia católica reprobó durante mucho tiempo, se ha convertido en un fenómeno de la cultura pop bastante entrañable y divertido. Porque, hay que decirlo, ¿a quién no le gusta asumir por una noche otro cuerpo y vivir olvidándose de quién es uno realmente?
Sigue leyendo para que conozcas mejor cómo comenzó todo.
El origen de Halloween
Desde el siglo VIII, la Iglesia católica celebra el día de Todos los Santos cada 1 de noviembre, según lo establecido entonces por el papa Gregorio III, para honrar a todos los canonizados, pero también a los difuntos cuyas almas superaron el Purgatorio.
En inglés antiguo, la conmemoración era llamada “All Hallows Day”. “Hallow” es el equivalente al actual término “holy”, que significa “santo”. Con el paso del tiempo, la noche anterior, la del 31 de octubre, pasó a conocerse como “All Hallows Eve” y derivó en la expresión Halloween, como la conocemos hoy.
Sin embargo, como sucede muchas veces con las manifestaciones populares, hay otras versiones sobre sus orígenes.
El Samhain en Europa
Para algunos, el origen de Halloween debería ser buscado en la fiesta del Samhain, que marcaba el fin de la temporada para los agricultores de los pueblos celtas del norte de Europa y el inicio del invierno.
Pero la misma celebración del Samhain tendría a su vez sus raíces en distintas festividades mucho más antiguas que organizaban griegos y romanos para honrar a dioses como Dionisio y Pomona.
En la Antigüedad, el calendario estaba determinado por la agricultura, por lo que el inicio de la primavera era celebrado como el comienzo del año boreal. Sin embargo, con el tiempo fue cobrando fuerza el festejo de la transición de las estaciones al final del verano.
Este, entonces, sería el antecedente más remoto del Halloween de hoy que echó sus raíces en el Reino Unido, especialmente entre irlandeses y escoceses.
Irlandeses y escoceses en EE. UU.
Sea cual sea el origen verdadero, lo cierto es que en el siglo XIX los inmigrantes irlandeses y escoceses llevaron esta tradición a Estados Unidos, sobre todo a Minnesota.
Con el paso del tiempo, la festividad de estas minorías migrantes se fue extendiendo al resto de la cultura estadounidense y, desde allí, después de la Segunda Guerra Mundial, al resto del mundo.
En Irlanda y Escocia existía ya la tradición de tallar nabos para hacer caras y velas para alejar a los espíritus malignos.
Al llegar a Estados Unidos, los inmigrantes encontraron más fácil hacer eso con las calabazas que se cosechan en otoño. De allí surgió la famosa “jack-o’-lantern”, la linterna con la que, según la leyenda, Stingy Jack recorría el mundo después de haber caído en desgracia con el diablo.