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Han pasado seis décadas desde que una epidemia incontrolable - el bacilo de la Peste Escarlata‒ acabó con la mayor parte de la población mundial. Corre el año 2073… James Howard Smith, el último superviviente de la pandemia que estalló en el 2013 y, quien era entonces un joven profesor de literatura, intenta al final de su vida transmitir algo de experiencia a sus nietos. Les narra una historia apocalíptica que los niños no alcanzan a comprender plenamente, pues han nacido en un mundo salvaje, sin recibir educación y sin noción alguna del mundo como lo conoció Smith.

La historia comienza con el Dr. John Watson, que se instala en Londres para recuperarse de una herida que sufrió mientras actuaba como médico militar durante la Segunda Guerra de Afganistán. Por una serie de casualidades del destino, Watson conoce al excéntrico detective Sherlock Holmes. Ambos acabarán viviendo juntos, resolviendo un caso de asesinato y formando una de las parejas más reconocidas de la literatura. Luis Roberto Guzmán es el encargado de narrar esta novela protagonizada por Sherlock Holmes, personaje creado por Sir Arthur Conan Doyle.

El viejo profesor de “La peste escarlata” es uno de los pocos supervivientes de un cataclismo ocurrido en 2013 que destruyó la civilización y redujo la humanidad a un nuevo primitivismo. En el año 2072, el pobre hombre intenta trasladar infructuosamente a sus nietos los conocimientos que la humanidad había poseído.

Del best seller del New York Times, el autor de "Redeeming Love" and "The Masterpiece" llega la poderosa historia de dos mujeres, separadas por siglos, que se unen a través de un diario destrozado mientras se enfrentan con Dios, los esposos e incluso ellos mismos. La vida de Sierra Madrid acaba de ponerse patas arriba cuando descubre el edredón artesanal y el diario de su antepasada Mary Kathryn McMurray, una joven que fue desarraigada de su casa sólo para soportar duras condiciones en el Sendero de Oregón.

Arthur Conan Doyle supo plasmar el pragmatismo y la lógica de Sherlock Holmes y combinarlo con el escepticismo de John Watson, un hombre más bien ordinario, para dar lugar a una de las mejores combinaciones en cuanto a psicología de personajes se refiere. Pero no fue solo eso lo que hizo de la saga uno de los clásicos policiales más leídos en la época. Arthur también se esmeró en la complejidad de cada novela, hilando varios sucesos aparentemente distintos en una única conclusión y dejando al lector atónito ante la solución del caso que él mismo había intentado descifrar.