¿Por qué?

Abuso sexual del clero católico

De: Ovide Bastien

Narrado por: Virtual Voice

Fue tal la conmoción y la tristeza en la que me sumergí que me vi obligado a preguntarme qué había ido mal. ¿Por qué mi amigo Juan, criado como yo en la granja por una madre y un padre maravillosos, pudo acabar haciendo algo tan horrible como abusar sexualmente de menores? ¿Por qué diablos ocurriría algo así en una familia tan extraordinaria, cariñosa y unida como la de Juan? ¿Por qué?¿Y por qué diablos le pasaría algo así a mi amigo Juan, que sirvió en diez parroquias diferentes a lo largo de su vida, y de quien he oído tantas cosas buenas a tantos de sus feligreses a lo largo de los años? ¡Juan, el héroe y el orgullo de su familia!Mi investigación me llevó a descubrir un hecho trágico. En lugar de reconocer la profunda raíz de una crisis institucional mundial y verdaderamente histórica, la Iglesia católica se limita, incluso bajo el liderazgo del Papa Francisco, a pequeñas e inadecuadas reformas. Tolerancia cero, mejor selección de quienes ingresan a los seminarios, reglas diocesanas más estrictas, cada vez mayor transparencia y responsabilidad por parte de los obispos y el Vaticano: todas estas medidas dejan intactas las causas profundas del abuso del clero. Son meras tiritas. No van al corazón del problema. Miles de sacerdotes excelentes, devotos y muy comprometidos en todo el mundo, que acaban abusando tanto de menores como de adultos, son considerados simplemente como pecadores individuales y manzanas podridas. Ellos, al igual que sus víctimas, son considerados daños colaterales. La Iglesia católica les empuja bajo las ruedas de su estructura que refleja más el Imperio Romano que los valores evangélicos.