Los vientos de la apostasía soplan con fuerza en el mundo cristiano actual, sembrando confusión y distorsionando la verdad del Evangelio. Desde la exaltación de la autoestima hasta el pensamiento positivo disfrazado de fe, muchos predicadores influyentes han desviado el mensaje bíblico hacia enseñanzas centradas en el hombre y no en Cristo. En este episodio (o serie), analizamos doctrinas populares promovidas por figuras como el Dr. Dobson, Paúl Yonggi Cho, Benny Hinn y Robert Schuller, y cómo estas ideas —aunque atractivas y respaldadas por grandes plataformas— comprometen la pureza del Evangelio. ¿Qué dice realmente la Palabra de Dios? ¿Cómo podemos discernir entre verdad y error en un tiempo de confusión espiritual?

En este episodio abordamos una de las enseñanzas más controversiales dentro del cristianismo contemporáneo: la afirmación de que todo cristiano debería vivir sin enfermedad si tiene suficiente fe. Esta idea es promovida por figuras como Benny Hinn, quien en su libro Señor, necesito un milagro declara: “Cuando el Señor perdona el pecado, siempre incluye la sanidad… Es simultáneo.” (pág. 88-89). Según Hinn, si un creyente está enfermo, es porque no ha recibido plenamente lo que Cristo ya ha provisto.

También mencionamos a William Branham, considerado por Hinn como “uno de los más grandes evangelistas de Estados Unidos”. Branham fue una figura influyente pero profundamente polémica, cuyas declaraciones, como “¡Te mando en el nombre de Jesús que tu Palabra obre en mí!” (pág. 98), reflejan una doctrina donde el ser humano pretende ordenar a Dios en lugar de someterse a Él.

¿Realmente enseña la Biblia que Dios está obligado a sanar a todos sus hijos en esta vida? ¿O estamos ante una tergiversación peligrosa de la fe cristiana? Hoy analizamos estas afirmaciones a la luz de las Escrituras y la sana doctrina.

¿Es la sanidad divina un derecho garantizado por la fe?
En este episodio reflexionamos sobre una de las enseñanzas más controversiales de nuestros días: la sanidad divina. Muchos predicadores y artistas cristianos han transformado este tema en un mensaje condicionado por la fe del individuo, pero ¿realmente podemos manipular la voluntad de Dios? A través de una historia real y un análisis bíblico profundo, cuestionamos el enfoque moderno de la sanidad como un "producto" a demanda.

En este episodio abordamos una preocupante tendencia en algunas iglesias contemporáneas: el redescubrimiento erróneo de la alabanza, basado más en emociones y espectáculos que en la verdad bíblica. A través de una historia real ocurrida en México, analizamos cómo ciertos líderes espirituales, movidos por lo que afirman ser el "Espíritu", terminan guiando a sus congregaciones hacia prácticas confusas, incluso peligrosas.

¿Es realmente el Espíritu Santo quien inspira estos comportamientos? ¿O se trata de otro espíritu, uno de confusión y engaño? A la luz de la Escritura, particularmente las advertencias del apóstol Pablo a la iglesia de Corinto, reflexionamos sobre el estado actual del culto cristiano y el peligro de sustituir la verdad por experiencias sin fundamento.

Vivimos tiempos difíciles, donde los medios seculares denuncian a prominentes líderes evangélicos por engaños deliberados, aportando pruebas que manchan el nombre de Cristo y del Evangelio.
¿Por qué tantos cristianos siguen cayendo en promesas falsas de sanidad y prosperidad, a pesar de ser antibíblicas y claramente fallidas? ¿Dónde están los pastores y líderes que deberían advertir al rebaño sobre los falsos maestros?

En este episodio analizamos un caso concreto: el evangelista W. V. Grant, desenmascarado años atrás por usar información previa como si fuera revelación divina… y aun así sigue siendo respaldado por figuras influyentes del ámbito cristiano.
¿Por qué el silencio? ¿Dónde están las voces de líderes como Chuck Swindoll o James Dobson cuando más se necesitan?

Una reflexión urgente sobre integridad, liderazgo y la responsabilidad de proteger la verdad del Evangelio.

¿Realmente enseñó Jesús que sus seguidores harían milagros mayores que Él? En este episodio abordamos una interpretación común pero mal entendida de Juan 14:12. Algunos líderes modernos afirman que Jesús profetizó que sus discípulos realizarían milagros más impresionantes, incluso superándolo a Él. Sin embargo, un análisis cuidadoso del contexto bíblico revela otra realidad.

Exploramos lo que Jesús realmente quiso decir cuando habló de “mayores obras”, considerando la brevedad de su ministerio terrenal y el alcance mundial que tendrían sus discípulos por medio del Espíritu Santo. También examinamos la verdadera evidencia de haber recibido al Consolador, según Hechos 1:8.

Acompáñanos en esta reflexión bíblica fundamentada, lejos del sensacionalismo y centrada en la verdad de la Palabra.

Si alguna vez ha asistido a una de estas reuniones o ha visto alguno de sus videos, probablemente habrá notado el desorden que reina en estos servicios. El predicador, o evangelista, es quien dirige todo y decide qué milagros ocurren. En estos escenarios, el "dios" parece someterse a la voluntad del hombre: los milagros se anuncian con anticipación y no hay necesidad de pedir que se haga la voluntad divina. El gurú en turno asume el papel de Dios… y lo hace con una autoridad sorprendente. ¡Hasta el "espíritu tumbador" parece responderle a la perfección!

Durante el servicio, la Biblia apenas se menciona. Si se lee algún pasaje, es más un pretexto que una guía, sin relación con lo que realmente se predica. El objetivo no son las almas, sino los bolsillos de los asistentes. Una vez que los tiene emocionados, espiritualmente embriagados, llega el momento de pasar la cuenta.

En esta nueva entrega, el autor desnuda con mayor profundidad la figura del predicador milagrero, quien, envuelto en una aura de autosuficiencia y teatralidad, se presenta como un emisario de lo sobrenatural, pero cuyo poder parece emanar más del artificio que del cielo. La escena se convierte en un show cuidadosamente montado donde la manipulación emocional sustituye a la genuina compasión, y la supuesta gloria de Jesús sirve como telón para exaltar al verdadero protagonista: él mismo.

El capítulo señala cómo este líder espiritual nunca llama al arrepentimiento ni confronta el pecado; su mensaje gira en torno a la sanidad física y al espectáculo de lo milagroso. Declara con autoridad que la noche será "de milagros", como si el poder divino estuviera sujeto a su agenda personal. El espíritu con el que colabora responde con puntualidad y precisión, y sus “sanidades” se producen de forma casi automática, a menudo acompañadas por caídas escandalosas que generan asombro entre los presentes.

Incluso a través de una pantalla, su influencia parece extenderse, sanando a distancia sin la necesidad de oraciones, fe verdadera ni búsqueda sincera de Dios. ¿Qué espíritu es este que se somete a la voz de un hombre? ¿A qué "Jesús" se refiere cuando se lleva todo el crédito sin dejar espacio al Evangelio? Las preguntas se acumulan, mientras el autor va dejando entrever que detrás del carisma y la elocuencia, se oculta un viento sutil de apostasía.