Responsabilidad afectiva: me cuido y te cuido

Hacerme cargo de mis emociones cuidando las emociones del otro es tener conciencia de una responsabilidad afectiva. La responsabilidad afectiva es una herramienta fundamental para construir relaciones sanas. Identificar y comunicar mis deseos a través de un intercambio honesto y asertivo nos evita conflictos innecesarios que obstaculizan una sana convivencia.
Yo soy responsable de comunicarme asertivamente. La reacción emocional de la otra persona ya no responsabilidad mía.
Cuidar del otro y de la otra, cuidándome a mi.