El misterioso profesor Moriarty se ha convertido en una obsesión para Sherlock Holmes. El detective cree firmemente que, bajo su apariencia de inofensivo profesor se esconde el genio criminal más grande de todos los tiempos, un auténtico Napoleón del crimen. Sus sospechas se ven agravadas por ciertas informaciones que un confidente que se hace llamar Porlock le proporciona sobre Moriarty. Y justo en esas, el inspector Lestrade de Scotland Yard pide ayuda a Holmes con un turbio asesinato del que precisamente Porlock le había advertido. Escrita en 1915, 'El Valle del Terror' es la cuarta y última novela del canon holmesiano de Arthur Conan Doyle.

No es de extrañar que, siendo Sherlock Holmes la rock star detectivesca que es, el famoso sir Damery, creme de la creme de la society londinense, acuda a él en nombre de un misterioso cliente que no quiere revelar su identidad. La misión: alejar a Miss Violet de Merville de las garras del barón Gruner, un tipo rastrero, maltratador y peligroso sobre el que recaen serias sospechas. El tema es que, mientras espera a que le hagan una obra en su casa, Gruner se aloja en casa de su amigo el profesor Moriarty (Dios los cría...). Contra todo pronóstico, el mismísimo Moriarty invita a Holmes a una fiesta en su casa en honor de su invitado. Las dos mentes más poderosas de Inglaterra bajo un mismo techo. Y a todo esto, ¿quién será el famoso cliente?

Ya sabemos cómo son los detectives de ficción: donde ellos van, surge un misterio. El enigma le cae esta vez a Holmes en fechas navideñas: unas iniciales en un sombrero desastrado y un pavo cebado son suficientes para que la maquinaria deductiva se ponga a funcionar. Porque, como ya sabemos, en manos de un detective de ficción, un misterio nunca es solo un misterio.

Entre los Holmes, los asuntos así más burocráticos como el robo de tratados internacionales los lleva Mycroft, el hermano mayor. Cosas de familia... Eso sí: cuando el asunto requiere moverse, sacar la lupa y agacharse a por huellas, a Mycroft le da pereza y se lo pasa a su hermano Sherlock con la excusa de que él tiene cosas "más importantes" que hacer. Insisto: cosas de familia... Suerte que Sherlock es un poco workoholic y rara vez rechaza un buen caso. Porque este, al margen de dónde venga, es uno de los casos más enigmáticos con los que Holmes y Watson se han enfrentado en tiempo. Eso, y que cuando se trata de robos de tratados, es muy posible pensar que la mente criminal más grande de todos los tiempos pueda estar involucrada.

El muy convencional Mr. Scout Eccles se ve envuelto en ciertos acontecimientos estrambóticos que se saldan con un cruento asesinato. Mr. Eccles necesita respuestas. Lestrade necesita respuestas. La razón necesita respuestas. Y Sherlock Holmes es el único que podrá darlas. Pero ninguno de los implicados puede llegar a sospechar lo que ocultan los extraños y violentos hechos que han dado pie a esta investigación. La sombra del mal siempre es alargada.

Las sospechas de Sherlock Holmes nunca son infundadas. Su archienemigo Moriarty ha ido estrechando el cerco a lo largo de toda la temporada, y llega el momento de la verdad: el héroe tendrá que enfrentarse cara a cara a su némesis, y las consecuencias serán fatales. Con infinita tristeza, Watson nos guía en los últimos días de Sherlock Holmes. En serio. Sí. Muere. Todo lo que necesitas saber está en este capítulo final de la temporada.