Los espías de la Fórmula 1 Podcast Por  arte de portada

Los espías de la Fórmula 1

Los espías de la Fórmula 1

Escúchala gratis

Ver detalles del espectáculo

Acerca de esta escucha

Los espías de la Fórmula 1 — En los márgenes invisibles de la Fórmula 1, existe un tipo de figura, en la sombra, que nadie nombra, pero todos conocen. — No lleva uniforme. No firma autógrafos. Pero sus imágenes pueden valer más que un podio. — Lo llaman espía… aunque su verdadera identidad permanece oculta, como la información que persigue. — Todos los equipos lo hacen. — Todos saben que existe. — Nadie lo admite. — En un mundo donde la diferencia entre ganar o perder es una cuestión de milímetros, cualquier detalle importa. — Por eso, cada escudería tiene al menos a una persona infiltrada en el paddock. — No busca entrevistas ni selfies con pilotos. — Busca secretos. Y cuanto más escondidos, mejor. — Le llamaremos Nadino. — No es ingeniero, ni siquiera lleva ropa del equipo que le paga. — A los ojos del mundo, es un fotógrafo más. — A ojos de su cliente, es un bisturí que disecciona monoplazas con el objetivo de extraer ventaja. — Nos recibe en Montmeló, donde el ruido de motores y las sonrisas para las cámaras ocultan un juego mucho más silencioso. — Su historia empezó con una fotografía. — Un piloto vio su trabajo, se lo enseñó al jefe del equipo, y la oferta no tardó en llegar. — Pero no para espiar a otros. — Lo que realmente les sorprendió fue que ya había captado hasta el último tornillo de su propio coche. — En lugar de enfadarse, le ficharon al instante. — El contrato es tácito. — Sin vínculos formales. Sin logos. — Nadino paga sus propios viajes. — Su tapadera sigue siendo el medio de comunicación con el que colabora. — Esa doble vida es clave. — Nadie puede asociarlo con el equipo que, en secreto, le paga por cada imagen capturada. — Su trabajo se divide en dos fases. — La primera es urgente: detectar y mandar en tiempo real cualquier novedad técnica. — Todo va directo por WhatsApp al jefe del equipo. — Luego vienen los encargos específicos, a menudo sobre piezas como las suspensiones. — Luz solar, ángulos, detalles microscópicos… todo puede marcar la diferencia. — No necesita ser ingeniero. — Pero debe entender lo que está viendo. —Nadino estudia, observa, aprende. — Y actúa rápido. — Muchas veces, tiene solo un segundo para atrapar una imagen antes de que la escondan. — Otras, se cuela entre lonas, o espera a que descarguen los coches del camión. — No siempre pasa desapercibido. — En ocasiones, los mecánicos lo pillan en plena faena. — Las discusiones suben de tono. — A veces le obligan a borrar las fotos frente a ellos. — Pero incluso entonces, sabe cómo salvar alguna imagen… y salir indemne. — Este espionaje no es solo tolerado. — Es parte del juego. — Cuanto más parecidos son los coches, más importa lo pequeño. — Las diferencias están en los pliegues, las entradas de aire, la geometría de una suspensión. — Aquí, copiar vale tanto como innovar. — Como en el colegio, dice él. — La lección es la misma para todos, pero solo el más espabilado saca nota. — La fidelidad también cuenta. — Los equipos buscan relaciones a largo plazo con sus informantes. — En Milton Keynes, donde se cruzan ingenieros de diferentes escuderías en los pubs, los secretos a veces se escapan. — Pero un espía doble… es veneno puro. — La reputación lo es todo. — Y en este mundo, la pasión por la F1 es la brújula. — En 2007, el paddock de la Fórmula 1 tembló. — No por un accidente ni por una hazaña al límite, sino por algo mucho más turbio. — Nigel Stepney, ingeniero senior de Ferrari, traicionó a su equipo y filtró documentos técnicos secretos. — ¿El destinatario? Mike Coughlan, ingeniero de McLaren. — Lo que parecía una simple sospecha acabó siendo un escándalo internacional cuando la FIA encontró pruebas contundentes. — McLaren había estudiado los planos más delicados de los monoplazas rojos para mejorar su propio coche. — Era una temporada crítica. — Ferrari dominaba con Massa y Räikkönen, y justo antes del Gran Premio de Europa, estalló la bomba. — La sanción fue histórica: cien millones de dólares de multa y su expulsión del campeonato de constructores. — Desde ese momento, la Fórmula 1 entendió que no solo había que proteger los coches… sino también a las personas que los diseñaban. — Doce años más tarde, en 2019, volvieron las sombras. — Esta vez el foco estaba sobre Haas. — Varios ingenieros del equipo habrían compartido datos confidenciales de Ferrari, su socio técnico. — Aunque no se trató de una trama tan profunda como la de 2007, sí generó un ambiente de desconfianza total. — La información, al parecer, se filtró desde dentro y acabó llegando a periodistas y rivales. — Todo se destapó en los test de pretemporada en Barcelona, donde el motor italiano levantó demasiadas sospechas. — La FIA intervino, pero el castigo fue leve. — Aun así, los equipos no quisieron ...
adbl_web_global_use_to_activate_T1_webcro805_stickypopup
Todavía no hay opiniones