
Las locuras de la Biblia
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Tanto Samuel como Pablo experimentaron el profundo dolor de ver a personas en las que habían invertido su vida desviarse del camino. Samuel lamentó amargamente la desobediencia de Saúl, su rey ungido, hasta el punto de que Dios tuvo que preguntarle: "¿Cuánto tiempo vas a quedarte llorando por Saúl?" (1 Samuel 16:1). De manera similar, al final de su ministerio, Pablo se vio abandonado por figuras clave como Demas, quien lo dejó por amar al mundo.
Estas historias nos enseñan que el fracaso de otros, especialmente de aquellos a quienes admiramos o en quienes confiamos, es una realidad dolorosa. Nos impacta de una manera muy personal. No obstante, en ambos casos la respuesta de Dios es la misma:
• Aceptar la realidad y seguir adelante. Dios no permitió que el dolor de Samuel lo paralizara. Lo instó a dejar de lamentarse y a enfocarse en la siguiente tarea: ungir a David como nuevo rey. La decepción no es el final de la historia.
• Poner la confianza en Dios, no en las personas. A pesar de que Saúl falló y Demas abandonó a Pablo, Dios nunca falló. Pablo lo declara con convicción: "Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas" (2 Timoteo 4:17). Nuestra fe no se basa en la fidelidad de los líderes, sino en la inquebrantable fidelidad de Dios mismo.
Las caídas de Saúl y el abandono de Pablo nos recuerdan que, aunque el dolor es real, nuestra esperanza y nuestra misión no dependen de que las personas sean perfectas. El trabajo de Samuel con el pueblo no fue en vano, y el legado de Pablo sigue vivo. Dios utiliza estas experiencias no para destruirnos, sino para redirigir nuestra mirada de la fragilidad humana a Su soberanía.
Oportunidades para crecer: 1. La Autoevaluación Diaria
Al final del día, tómate un momento para hacerte estas tres preguntas. La honestidad es clave:
• ¿Hubo alguna situación en la que fui tentado a ser desleal o a comprometer mis convicciones?
• ¿Estoy guardando algún secreto que debería compartir con un amigo de confianza o con mi cónyuge?
• ¿Estoy confiando en mi propia fuerza o en la de Dios para enfrentar mis desafíos? Esta práctica me ayuda a mantenerme humilde y a recordar mi propia vulnerabilidad.
El Diario de Gratitud Enfocada
2. Cuando me siento desanimado por una persona, mi mente puede obsesionarse con lo que me falta. Para contrarrestar eso, haré lo siguiente:
• Cada día de la semana, voy a escribir el nombre de una persona en mi vida por la que me siento agradecido.
• Al lado del nombre, voy a ser específico: voy a escribir una frase sobre cómo esa persona ha sido fiel o ha sido de apoyo para mí. Esta tarea me ayuda a enfocarme en las relaciones positivas que Dios ha puesto en mi vida.
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