La Solidaridad es Manolín Ramírez 14 Marzo 2025 Podcast Por  arte de portada

La Solidaridad es Manolín Ramírez 14 Marzo 2025

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Programa: Las Mañanas de Radio Gáldar. Edición del viernes, 14 de marzo de 2025 10.35 horas Espacio: “LA SOLIDARIDAD ES LA TERNURA DE LOS PUEBLOS” Interviene: Manolín Ramírez. Sacerdote Misionero-Canario, en Mozambique. Hoy participa: Juani Padrón. Miembro de la “Unidad Pastoral” del conjunto de parroquias del municipio de Santa Maria de Guía. Compartimos dos cartas recientes de Manolín: Songo, lunes 10 de marzo de 2025 Todos los lunes visito el Hospital Rural de Songo con el grupito de Pastoral de la Salud, y seguidamente me voy a la prisión con el mini-grupo de Pastoral Penitenciaria. Por lo tanto, la tarde de los lunes es siempre especial. Visitamos Pediatría y después me fui a ver Basam que es el animador de Cabvulancie para llevarle la comunión. Lo vi fatal, muy desmejorado, hablando con dificultad, muy delgado… y todo porque se pinchó en el dedo gordo del pie derecho, y en vez de venir al hospital se fue al curandero unos días y allí se le infectó de tal forma, que le tendrán que hacer un injerto de piel en toda la pierna. �Pero, lo que más me impresionó no fue eso, que ya lo sabía, sino la conversación sobre lo que está haciendo para conseguir sangre: comprarla. Vendió una vaca por la que le pagaron 15.000,00 meticales (unos 200€) para poder comprar sangre a familiares y conocidos. A cada uno le paga 2.000,00 por venir a donar. El hospital no tiene sangre, entonces pide a los pacientes que busquen donantes entre sus familiares y amigos, pero la gente sólo viene si les pagan. Muy triste. Me decía que su cuñado cobró, pero que su hermano donó gratis y lo decía con agradecimiento, como si no fuese lo lógico, lo normal. �Al salir fui a buscar a la Hna. Irene y fuimos a prisión. Allí al terminar la catequesis me llovieron los jóvenes con papelitos pidiendo de todo: jabón, ropa, comida… pero me impactaron dos que venían con números de teléfono, pues desde que entraron aquí no se han podido comunicar con sus familias, por lo que estarán preocupados intentando saber qué ha sido de ellos. Estuve llamando a los números, pero sin éxito de momento.��Tatenda! Hoy la liturgia nos regaló el sentido profundo por el que vamos juntos como grupo al hospital y a la cárcel. Jesús nos decía: “Estuve enfermo, y me visitaron; en la cárcel, y vinieron a verme”. Y así lo vivimos… Cuánto sufres Jesús en estos enfermos que compran sangre y en estos presos sin derechos ni pan. Nuestra insignificante presencia es un pequeño salvavidas al que agarrarse. Agárrate fuertemente a mí Señor, porque quizá no sea yo quien “te salve”, sino Tú quien venga a rescatarme. *** Songo, martes 11 de marzo de 2025�� El día comenzó con una linda visita. Llegaron un señor ciego de Mulumbua y su hijo que es alumno de nuestra escuela. Este hombre viene una vez por mes a pedir 20kg de millo, dos paquetes de azúcar y una barra de jabón. En cuaresma parece que estamos más predispuestos al compartir y sentí que su visita fue un regalo, pero sobre todo cuando le di a su hijo una bolsa de caramelos y me sonrió como si hubiese recibido un tesoro. El hijo hace de lazarillo para su padre y siempre me pregunto cómo hará para subir y bajar esa montaña sin ver nada. �Sin embargo, la gran sorpresa de este día llegó por la noche cuando llevé a las monjas a su casa. Mientras entrábamos en su casa, vimos que estaban todos los jóvenes aglomerados en el portón y no sabíamos por qué. Sin embargo, el misterio fue desvelado un minuto después: habían cogido a un ladrón en mi cercado robando piñas. Resulta que yo tengo un cercado de una hectárea donde siembro millo para el internado. El sábado nos robaron, pero no supimos quién fue. Hoy Sergio vio corriendo a un hombre con un saco saliendo de mi cercado y corrió tras él hasta que lo pilló. Cuando yo llegué lo habían amarrado para que no se escapara, así que le soltamos de pies y manos, y lo llevamos a la policía para denunciar el robo. Él solito entró en mi coche y cargamos también el “cuerpo del delito”, un saco de con unas 50 hermosas piñas que había cogido hacía un momento en nuestro cercado. �Nada más entrar, el policía que nos atendió le dijo: “¿Otra vez aquí? Estuviste la semana pasada”. La declaración en la policía fue breve. Yo dije que sólo lo llevé para que reflexionara y vea que eso de robar no está bien. La policía me dijo que sólo lo tendrían un día con ellos haciendo trabajos (barriendo, limpiando, etc…). Entonces, le dije al policía que iba al coche para vaciar el saco, pues el saco era de este sr. Julio, y también había un caldero y ropa que era suya. Vaciamos las piñas de millo en el coche y entramos nuevamente para devolver a Julio lo que era suyo, sin embargo, nos llevamos una triste sorpresa pues el policía le estaba golpeando con la porra, y paró al oír que la puerta se abrió. Me quedé frío, pues sabemos que eso pasa en las ...
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