Esperanza y Consuelo: Espontáneo

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Padre Amado, gracias por despertar en este tu servidor, ese anhelo de perfección en tu Palabra. El Salmista escribió, "En la hermosura de la gloria de tu magnificencia, Y en tus hechos maravillosos meditarè" (Salmos 145:5). A esta hora, de madrugada entrego mi corazón contrito y humillado, de rodillas ante ti. Tu mi eterno Maestro mi Redentor que estás sentado a la diestra del Padre. Tu que gozas de toda su confianza y poder, para ti sea toda la gloria. Gracias por haber dado tu vida por mis rebeliones y pecados. Gracia inmerecida que hoy me permite vivir libre de todo temor sabiendo que pagaste un alto precio por esa libertad para mi alma. Toda la honra para ti que estas sentado a la diestra del Padre. Tu que en el Génesis ya eras El Verbo que luego se convertiría en el Cordero inmolado, para la Salvación del mundo. Gracias, a ti que fuiste revelado por los profetas del Antiguo Testamento, y luego anunciado por Juan el Bautista. Gracias por permitir acercarme a ti en acción de gracias, para renovar mis fuerzas espirituales, dones de Dios Padre, y el Espíritu Santo. Gracias por el torrente de bendiciones del Cielo derramadas sobre mi ser y la vida encarnada de todas las almas que al igual que este imperfecto servidor, buscan de tu favor y tu perdón. Tu, mi Amado Jesucristo, que estás sentado a la diestra de nuestro Padre, en el Santo Trono de justicia y Verdad, a ti sea toda la Gloria y la Honra. Gracias por tu Espíritu Santo, quien gracias a ti, mora en mi, quien es y será mi guía y mi consuelo en mi caminar en la Tierra. Gracias de todo corazón a ti sea toda la gloria por los siglos de los siglos. Amén 🙌

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