El Salmo 23 es uno de los textos más conocidos y queridos de la Biblia, ofreciendo una poderosa imagen de confianza y consuelo. Un párrafo representativo podría ser: "El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce; me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia por amor a su nombre. Aunque ande por valles oscuros, no temo peligro alguno porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me inspiran confianza". Este pasaje refleja la profunda confianza en la guía y protección de Dios, comparándolo con un pastor que cuida de su rebaño, ofreciendo descanso, renovación y protección incluso en los momentos más difíciles.

El Salmo 22 es un profundo lamento que también anticipa una gran confianza en la liberación por parte de Dios. Un pasaje representativo podría ser: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Lejos de mi salvación están las palabras de mi clamor. Pero tú eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel. En ti confiaron nuestros padres; confiaron, y tú los libraste. A ti clamaron y fueron salvados; en ti confiaron y no fueron avergonzados".

El Salmo 21 es un canto de acción de gracias por la victoria concedida por Dios al rey, celebrando la bendición divina sobre el monarca y su reino. Un párrafo representativo de este salmo podría decir: "Señor, el rey se alegra por tu fuerza, ¡y cuánto goza con tu victoria! Le has concedido el deseo de su corazón y no le has negado lo que sus labios pedían. Lo recibes con bendiciones de bienestar, pones en su cabeza una corona de oro fino. Te pidió vida, y se la diste, años que se extienden por muchas generaciones".