El efecto Hawthorne. El sentirnos observados aumenta la productividad. Podcast Por  arte de portada

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El efecto Hawthorne. El sentirnos observados aumenta la productividad. • ¿Te imaginas que, solo por sentirnos observamos, empezamos a hacer las cosas mejor? • Parece un truco psicológico, pero es algo más complejo e incluso inquietante. • Esto es lo que nos revela el llamado “efecto Hawthorne”. • Se trata de un fenómeno descubierto casi por casualidad hace más de ochenta años. • Ocurrió en una fábrica llamada Hawthorne, donde un psicólogo, de nombre: Elton Mayo, intentaba comprender qué hacía que los empleados rindieran más. • La idea original era sencilla: medir cómo la luz afectaba la productividad. • Para ello, dividieron a los trabajadores en grupos. • Unos trabajaban con luz normal y otros con menor iluminación, que se iba reduciendo progresivamente. • La sorpresa fue que, sin importar la luz, todos aumentaron su rendimiento. • ¿Cómo podía ser posible? • La lógica indicaba que con menos luz habría menos trabajo. • Pero sucedió todo lo contrario. • Esto llevó a Mayo a seguir modificando las condiciones físicas —como el cansancio o la monotonía—, esperando una caída en la productividad. • Sin embargo, el trabajo seguía mejorando. • Lo inquietante vino después: no era ni la luz, ni el descanso, ni las pausas lo que motivaba a las personas a rendir más. • Era otra cosa. Y no, tampoco un mayor sueldo. • Resultó que el simple hecho de sentirse observados, de saber que alguien estaba pendiente de ellos, alteraba su comportamiento. • Sin embargo, los propios trabajadores ofrecieron otra explicación. • Según ellos, lo que realmente marcó la diferencia fue la mejora en las relaciones humanas. • Se generó un ambiente más cálido, donde eran escuchados y tenidos en cuenta. • Eso promovió la colaboración, la motivación y un sentido de pertenencia. • Así nació la idea de que no solo los procesos mecánicos o físicos aumentan el rendimiento. • También las emociones y las conexiones personales juegan un papel clave. • Este concepto transformó para siempre la forma de dirigir empresas y gestionar equipos. • No obstante, este efecto nunca fue simple ni lineal. • Con el tiempo, el término “efecto Hawthorne” se amplió. • Pasó a describir cualquier mejora en el desempeño cuando alguien sabe que está siendo observado. • Los psicólogos sugieren que esto sucede porque las personas intentan cumplir con lo que creen que se espera de ellas. • Lo hacen movidas por el deseo de agradar o encajar socialmente. • Pero ni siquiera los expertos coinciden en qué mecanismos exactos lo provocan. • El fenómeno se volvió escurridizo, confuso, casi un mito. • La ciencia ha intentado desentrañarlo, pero sin un éxito claro. • Algunas críticas sostienen que todo pudo deberse a un sesgo o a un error en la interpretación de datos mal contrastados. • Otros argumentan que fueron los cambios en el ambiente laboral, la reducción de la supervisión estricta o el simple alivio de la monotonía los que explican mejor el aumento en la productividad. • Y lo más inquietante: a día de hoy, no hay pruebas sólidas que demuestren que el efecto exista tal como se describió. • Este misterio plantea una pregunta incómoda: • ¿Qué porcentaje de nuestro comportamiento es realmente espontáneo y cuánto está moldeado por la mirada invisible de quienes nos observan? • El “efecto Hawthorne” sigue siendo un espejo borroso. • En él se entrelazan la ciencia, la psicología y la propia naturaleza humana. • Y nos desafía a entender qué nos mueve en realidad.
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