El Reino no es por mérito sino por GRACIA
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Esta enseñanza sobre la GRACIAS de Dios está basada en la parábola de "Los obreros de la viña" descrita en San Mateo 20: 1-16.
ENCABEZADO:
- EL LLAMADO SOBERANO DEL DUEÑO (1–7)
- LA RECOMPENSA IGUAL PARA TODOS (8–12)
- LA RESPUESTA DEL DUEÑO REVELA SU GRACIA (13–15)
- LA CONCLUSIÓN DE JESÚS (16)
APLICACIONES
A menudo, en nuestra vida cristiana, podemos caer en la trampa de pensar que merecemos más por nuestro servicio.
No podemos servir con un espíritu de comparación y competencia.
Recuerda que al final, todos dependemos de la misericordia del dueño.
El Evangelio no es salario, es gracia.
La salvación no es proporción de tiempo, esfuerzo o méritos; es regalo soberano.
Confía en la justicia y en la bondad del Señor: Dios no será injusto contigo. Te dará más de lo que mereces y mejor de lo que esperas.
CONCLUSIÓN:
La parábola de los obreros en la viña es un espejo para nuestro corazón.Nos muestra que muchas veces estamos tentados a servir desde un espíritu de comparación.Pero Jesús nos llama a servir desde la gracia, en humildad, y confiando en la bondad soberana del Dueño de la viña.
Al igual que en la cultura antigua, hoy enfrentamos la tentación de medir nuestro valor y el de los demás en función de los logros y el esfuerzo, pero la enseñanza de Jesús nos llama a abrazar la gracia inmerecida que Él ofrece a todos. Sabiendo que la gracia no se basa en el mérito humano, sino en la generosidad y bondad de Dios
Que nuestra oración hoy sea: “Señor, quítame el ojo malo… y dame un corazón que se goce en tu bondad.”