Antonio Martín Chicote - Selvicultores comunales para protegernos de los bosques Podcast Por  arte de portada

Antonio Martín Chicote - Selvicultores comunales para protegernos de los bosques

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El otro día en Radio Valdivielso nos reencontramos con el amigo Antonio Martín Chicote. La Cabaña Real de Carreteros nos juntó en el camino hace años, la foto es elocuente, y después nos hemos visto en diferentes foros dónde Antonio siempre habló de selvicultura. "Un bosque como el nuestro tiene tanto peligro como una central nuclear". Ainhara Garcia Garcia resume parte de las cosas que nos contó: "El que durante décadas ha sido guarda forestal en Quintanar de la Sierra aparecía el otro día en un artículo de El Mundo titulado “¿Por qué el mayor pinar de Europa, entre Soria y Burgos, nunca arde? Porque se mantiene una costumbre medieval: la Suerte de Pinos”. Sin embargo, nos confesaba que no está nada contento con lo publicado: “el articulista me engañó; dicen que aquí los montes no arden, y eso no es verdad, pueden arder en cualquier momento como en cualquier otro sitio”, nos cuenta enfadado. En el artículo se hablaba de la suerte de pinos como la clave frente a los incendios, algo que él matiza: es una tradición muy valiosa basada en el trueque que hay que defender como patrimonio inmaterial de la zona, pero por sí sola no basta para cuidar los montes. Antonio insiste en que hemos pasado de proteger los bosques a tener que protegernos de ellos. La falta de apoyos a la gestión forestal y la desaparición de agentes forestales hace que los montes se conviertan en un riesgo. “Antes llevábamos a más de 150 personas del empleo comunitario cada día al monte; hoy apenas quedan tres agentes forestales donde antes había quince”, recuerda. Su propuesta de cambio es clara: crear miles de puestos de trabajo en los montes para gente que los cuide y viva de ellos, compatibilizando oficios como la ganadería, la agricultura o el turismo rural. Él los llama servicultores comunales, una figura olvidada pero imprescindible. Nos cuenta también que los guardas forestales saben bien que el cambio climático ya está aquí, a diferencia de muchos políticos, porque día a día ven como pinos centenarios van muriendo por plagas y los ecosistemas se debilitan. Nos insiste en que hace falta recorrer algunos bosques árbol a árbol, como hace un médico con sus pacientes. Porque, como recuerda Antonio, los montes estaban bien cuando la gente y los forestales los conocían como la palma de sus manos. Y tal vez la clave para cuidarlos esté en devolver la vida al monte a través de quienes lo habitan y conocen. Hablamos del futuro y Antonio nos trae una primicia. En la semana del Pilar, Quintanar acogerá las primeras jornadas para impulsar una asociación que reactive el Catálogo de Montes de Utilidad Pública de España, creado en 1903 y que agrupa a más de 1.500 pueblos. Una herramienta que durante casi dos siglos permitió conservar algunos de los mejores bosques del país, gestionados de forma comunal por los ayuntamientos y habitantes. Recuperar este espíritu, dice Antonio, es una oportunidad para unir pueblos, descentralizar decisiones y defender los montes frente a la privatización y la burocracia que nos aleja de la política forestal común".
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