‘50 años de la AFC Guayadeque. Raíces compartidas’ medio siglo de folclore, memoria y comunidad Podcast Por  arte de portada

‘50 años de la AFC Guayadeque. Raíces compartidas’ medio siglo de folclore, memoria y comunidad

‘50 años de la AFC Guayadeque. Raíces compartidas’ medio siglo de folclore, memoria y comunidad

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El salón de plenos del Ayuntamiento de Ingenio acogerá este jueves, 17 de julio, a las 19:00h, la conferencia 50 años de la AFC Guayadeque. Raíces compartidas, un recorrido por la historia viva de una agrupación que ha sido pilar del folclore canario durante cinco décadas. La cita, enmarcada dentro del 30º Festival Internacional de Folclore de Ingenio Muestra Solidaria de los Pueblos, será impartida por Joaquín López de Alba, actual secretario de la asociación. La Asociación Folclórica Cultural Guayadeque nació entre las paredes del colegio Claudio de la Torre de Carrizal, impulsada por la Asociación de Padres y Madres a mediados de los años 70. Lo que comenzó como un grupo infantil, con ensayos improvisados en aulas y garajes, fue tomando forma hasta consolidarse como uno de los colectivos más representativos de la cultura tradicional de Gran Canaria. “Guayadeque no te pide el DNI”, afirma su secretario, Joaquín López de Alba, que se unió al grupo hace menos de diez años. “Aunque no nací en Carrizal ni llevo tanto tiempo como otros compañeros, aquí uno se siente parte de una historia colectiva, tejida a base de memoria, afecto y compromiso. Es emocionante ver cómo los más veteranos aún recuerdan a los que ya no están, y cómo esa transmisión continúa hoy con generaciones de veinteañeros o más jóvenes”. Desde sus inicios, Guayadeque se centró en recuperar bailes tradicionales de Gran Canaria, de la mano de figuras como Isabelita, quien recibió formación en el Instituto Canario de Etnografía y Folklore (ICEF) y trajo a la agrupación coreografías y cantos de otras islas. Uno de los mayores retos ha sido rescatar piezas como la Polka del Carrizal, reconstruida a partir de testimonios de vecinos que ofrecían variantes distintas. “Lo que hicimos fue unir esas coreografías, respetando cada versión. La música tradicional también es eso: reconstruir, armonizar y transmitir”, apunta López de Alba Una comunidad muy bien avenida Hoy, Guayadeque está compuesta por alrededor de 60 personas de todas las edades, en un diálogo constante entre la tradición y la renovación. Joaquín describe la convivencia entre mayores y jóvenes como “un potaje de buen sabor”, en el que se equilibran la madurez y conocimiento de quienes llevan toda la vida en la agrupación, con la energía y nuevas ideas de los recién llegados. “Ver cómo se adaptan los más veteranos a iniciativas actuales, como vídeos en redes sociales, es admirable. Eso también es folclore vivo”. La agrupación ha sabido cuidar el repertorio y el vestuario, con especial atención a las particularidades de cada isla. La reciente exposición Memoria y Camino, organizada por el 50 aniversario, recreó el primer local de ensayo, donde música, radio-casetes y baile convivían en una sola habitación. “Aunque no viví esa etapa, mis compañeros me comentaron la emoción de volver a esos orígenes”. La presencia de Guayadeque en la edición número 30 del Festival de Folclore de Ingenio es todo un hito. Participar como anfitriones refuerza el papel de esta agrupación como embajadora cultural del municipio.Para Joaquín, lo más emocionante es el intercambio con grupos de otras partes del mundo. “Cuando compartes escenario con formaciones de otros países, descubres que nuestras músicas, nuestras vestimentas o incluso nuestras letras no son tan distintas. Todos tenemos canciones para la faena del campo, para el amor, para despedir a los que ya no están. Y eso nos recuerda que el folclore no es un museo: es algo que late”. Durante su participación en esta 30 edición del Festival, la agrupación prepara varias sorpresas, incluyendo un repertorio renovado y guiños especiales a su medio siglo de existencia. A nivel simbólico, representar a Guayadeque en este evento supone “actuar como transmisores de nuestros mayores. Es su legado el que vive a través de cada acorde, cada paso, cada verso que subimos al escenario”. Una púa, un sombrero y una Isa En lo personal, Joaquín también lleva su ritual: “Antes de actuar, paso un buen rato eligiendo la púa con la que voy a tocar cada tema”. De su repertorio favorito, destaca la Isa del Uno, de Lanzarote, una pieza que arranca suave y crece hasta convertirse en un estallido de energía colectiva. “Es imposible no contagiarse de su alegría”.Y si tuviera que llevar una sola prenda del traje típico a una isla desierta, lo tiene claro: el sombrero canario. “Es identidad pura. Al igual que en mi tierra la boina decía de dónde eras, aquí el cachorro también cuenta historias. Ha estado bajo el sol en las romerías, ha sido olvidado en el camerino, ha resistido el sudor de tantas actuaciones… Es más que un complemento”. Lo que comenzó como una curiosidad musical terminó siendo para Joaquín refugio, aprendizaje y pertenencia. “Pensaba que, por no ser canario, no podía formar parte del folclore. Hoy sé que el folclore se ...
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