375: De la opresión a la libertad - 4/5/2025 - #1350 Podcast Por  arte de portada

375: De la opresión a la libertad - 4/5/2025 - #1350

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Pastor José Luis Cinalli 4/5/2025 De la opresión a la libertad Dios dijo: “Toda… israelita pedirá a sus vecinas egipcias… objetos de plata… de oro, y prendas costosas… y vestirán a sus hijos (TLA)… Así despojarán a los egipcios de sus riquezas”, Éxodo 3:22 (NTV). ¿Quién lo hubiera imaginado? ¡El pueblo que había estado esclavizado por cuatro siglos se volvió libre y rico de un día para otro! Ni el mejor libretista de ficción hubiera pensado que un imperio tan poderoso como Egipto regalaría sus riquezas a sus esclavos. Pero, ¿por qué la sorpresa? Dios ya se lo había prometido a Abraham: “Tus descendientes saldrán libres con grandes riquezas” (Génesis 15:14, PDT) y a Moisés: “Los israelitas… despojarán a los egipcios de sus riquezas”, Éxodo 3:21-22 (DHH, NTV). ¡Y sucedió! “El SEÑOR sacó a su pueblo de Egipto, cargado de oro y plata”, Salmo 105:37 (NTV). Ahora bien, Dios bendeciría a Israel siempre que ellos lo pidieran: “… Pidan… objetos de oro y plata…”, Éxodo 11:2 (TLA). Y “los israelitas… pidieron a los egipcios ropa y objetos de plata y de oro… y dieron a… Israel todo lo que pidió…”, Éxodo 12:35-36 (NTV). Fue Dios mismo quien le enseñó a su pueblo a pedir lo bueno y lo mejor: objetos de oro, plata y vestidos costosos. Los israelitas salieron de Egipto vestidos de gala. Dios ajustició al faraón transfiriendo sus riquezas a manos de su pueblo. “La riqueza de los pecadores pasa a manos de los justos…”, Proverbios 13:22 (NTV). “Dios espera el momento de castigar a los malvados; y este será su castigo… aunque lleguen a amontonar mucha plata y vestidos, la gente buena e inocente disfrutará de todo eso…”, Job 27:13-17 (TLA). “Dios da sabiduría, ciencia y alegría a quien le agrada; más al pecador le da como tarea amontonar y atesorar para dejárselo a quien agrada a Dios…”, Eclesiastés 2:26 (Jer. 2001). Dios ‘atormenta’ a los pecadores dándole riquezas para luego quitárselas y dárselas a los justos. ¡Qué manera extraña suele usar Dios para castigar a los pecadores! Los cananeos conservaron la buena tierra hasta que Dios se la dio a los hijos de Israel. Egipto acumuló fortuna que finalmente pasó a manos de los israelitas. La herencia del malvado Amán pasó a manos de Mardoqueo, Ester 8:2. ¿Alcanzas a comprender el significado espiritual? La firme decisión que tomemos por seguir a Cristo obligará no sólo al ‘faraón’ a devolvernos lo que nos robó, sino que glorificará a Dios cuando vea a sus hijos vestidos de justicia y honor anunciando su grandeza y su poder. Dios les enseñó a los israelitas a no ser escasos en pedir. ¿No fue Jesús quién les enseñó a sus discípulos a pedir atrevidamente cuando les contó la parábola del hombre que golpeaba la puerta de su amigo a medianoche? Pidió tres panes cuando solo uno le hubiera bastado. Y por su osadía recibió lo que pidió, Lucas 11:5-7. ¿Qué le dijo Eliseo a la viuda endeudada que buscaba su consejo? “Pide para ti vasijas… no pocas”, 2º Reyes 4:3. La mujer debía buscar vasijas, recoger el aceite y luego venderlo. El milagro sucedió mientras echaba el aceite. En tanto hubiera vasijas para llenar, el aceite no dejaba de fluir. En cuanto se terminaron los recipientes “… cesó el aceite”, 2º Reyes 4:6. La provisión divina estuvo limitada por la fe de la mujer; si hubiera reunido más vasijas su bendición hubiera sido más grande. Isaías dijo: “Ensancha el espacio de tu tienda… agranda tu casa… Extiende tu hogar y no repares en gastos, pues pronto estarás llena a rebosar (NTV)… extiende cuanto puedas tus cuerdas (TA)… no seas escasa (RV60) … ¡No te pongas límites!… porque a derecha y a izquierda te extenderás…”, Isaías 54:2-4 (BAD). “No seas escaso… no te pongas límite”. Somos los únicos que podríamos estorbar el crecimiento y progreso que Dios ha destinado para nosotros. Los límites autoimpuestos interrumpen las bendiciones de Dios. Tenemos otro caso en el rey Joaz. Preocupado porque le habían declarado la guerra fue a ver a Eliseo. El rey debía lanzar a través de la ventana abierta flechas al aire. Luego tenía que tomar el resto de las flechas y golpearlas contra el suelo. La cantidad de golpes era una demostración de la fe y la osadía para tomar la victoria que Dios quería darle. Pero Eliseo “se enojó con él y le dijo: —¡Tendrías que haber golpeado el piso cinco o seis veces! Si lo hubieras hecho así, habrías podido vencer a Siria de una vez por todas. Pero ahora solo vas a derrotarla tres veces”, 2º Reyes 13:19 (TLA). Debido a su poca fe Joaz tendría una victoria parcial sobre el enemigo. No fue osado en tomar la victoria que Dios le daba. Le puso límite al poder de Dios y recibió de la misma manera que pidió: ¡escasamente! Cuando no le ponemos límites a Dios, Dios no le pone límites a nuestra fe. Cuando Dios nos invita a tomar...
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