19 Domingo C Esperando al Señor Podcast Por  arte de portada

19 Domingo C Esperando al Señor

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Esperando al Señor que viene

“Tened ceñidas vuestras cinturas y encendidas las lámparas”, nos dice Jesús en el evangelio de hoy. Ahora diríamos: Abrochaos el cinturón de seguridad y encended el motor del coche. Estás son las dos actitudes que nos pide el evangelio. Primero, estar dispuestos para el viaje, y luego encended las luces exteriores, para dar bienvenida al huésped que viene. Es la misma expresión de la parábola de las vírgenes necias: viene el esposo, salid a su encuentro. Olvídate de ti mismo y dale la bienvenida. Primero nos ha creado, un diamante bruto, y espera que con el tiempo nos transformemos en una piedra preciosa. Ahora viene en nuestra búsqueda. Esa es la actitud que deberíamos tener: esperar al Señor que viene.

No nos gusta esperar. Queremos las cosas aquí y ahora. Comprar online. Que nos las traigan los drones. No nos gusta esperar a Jesús toda nuestra vida. Nos gusta controlar todo, planear nuestro futuro, prevenir situaciones inesperadas. Nos gustaría saber cuándo viene Jesús a buscarnos. Hoy el evangelio nos dice que viene el día menos pensado, a una hora imprevista. Es fácil estar dispuestos por unos días, o por una semana; pero es difícil cada día. Cuando somos jóvenes y cuando somos viejos, cuando tenemos salud y cuando estamos enfermos, cuando el sol alumbra y cuando hay tormenta.

Esperar no significa tener una actitud pasiva. Al contrario, requiere una disposición activa, estar de pie, escuchando, mirando hacia el horizonte. Significa examinar nuestra conciencia, para ver si tenemos listo el equipaje, descubrir lo que nos falta, o lo que nos hemos olvidado. Demanda afinar nuestro motor, pulir el chasis, renunciar al equipaje que nos sobra, ver que los faros funcionan, sacar afuera la basura, y traer suficiente comida para el viaje. Es una práctica cotidiana, para estar preparados, para seguirlo y estar conscientes de su presencia.

Cuando Jesús venga, nos tiene que encontrar caminando hacia él, nuestros ojos fijos en el horizonte, en la eternidad, para poder ver su faz. Dispuestos a abrirle la puerta, porque el pomo está en nuestro lado. Puede golpear nuestra puerta en cualquier momento, y no debería encontrarnos durmiendo o distraídos con cualquier cosa. No podemos perder nuestro tiempo viendo películas, escuchando música, jugando video juegos, mirando los medios sociales o leyendo noticias.

Dos consejos prácticos para estar dispuestos: primero, examinar nuestra conciencia, para saber en qué tenemos que luchar, para mejorar cada día un poco. Deberíamos preguntar al Señor, que quiere que hagamos hoy. Segundo ser pacientes. Lleva mucho tiempo crecer, madurar, avanzar en la vida interior. Pasito a pasito, uno detrás del otro. Dios es muy paciente con nosotros. No sabemos cuándo vendrá, pero todavía tenemos tiempo. Si estamos preparados, lo veremos llegar, como la gente santa, que saben cuándo van a morir, porque lo desean.

josephpich@gmail.com

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