PROSPERIDAD

De: ENZO VERDUGO BIBER

Narrado por: Virtual Voice

Las palabras “prosperidad”, “abundancia” y “riqueza” lentamente adquirieron un tinte carnal y mundano en la historia del cristianismo. Incluso hasta épocas recientes era sospechoso cuando a un cristiano le iba bien en sus negocios. Por el contrario, en las últimas décadas, estos temas sufrieron un vuelco radical, al punto que se llegó a hablar de un “evangelio de la prosperidad”.¿Qué es lo que dice la Escritura sobre este asunto? En última instancia, es eso lo que nos interesa, no opiniones sesgadas ni corrientes de pensamiento particulares.La verdad es que la prosperidad es un concepto ampliamente tratado en toda la Escritura. En el Antiguo Testamento, la noción de prosperidad estaba muy relacionada con lo material y se asociaba generalmente con la bendición de Dios sobre la vida de un creyente. El Salmo 127:1 resume de la siguiente manera la necesidad de contar con Dios para tener una vida próspera: “Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles. Si el Señor no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes”. Por su parte, en el Nuevo Testamento encontramos que Jesús prometió darnos una vida caracterizada por prosperidad: “…yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia” (Jn. 10:10b). Por lo tanto, se trata de un tema que necesitamos conocer equilibradamente desde un estudio sistemático de la Biblia, para poder recibirlo con fe en nuestros corazones y aplicarlo con gozo en el diario vivir. Dios quiere que prosperemos en todo, así como prospera nuestra alma.Déjese sorprender por la revelación de Dios.