Las profundidades de nuestro enigmático corazón

De: Arcadio Sierra Díaz

Narrado por: Virtual Voice

Hablar y escribir acerca del corazón humano, en cierta medida lo podríamos considerar un enigma; por cuanto, al parecer, por una parte, se cree que el corazón es ampliamente conocido; pero a la vez las Sagradas Escrituras, después de asegurar que el corazón del ser humano es engañoso más que todas las cosas, a renglón seguido se hace una importante pregunta: «¿quién lo conocerá?» Eso nos asegura que sólo Dios conoce a la perfección al corazón humano.
No obstante, al mismo tiempo, corazón es una de las palabras más usadas por los seres humanos en todas las culturas. Y eso se debe a que el corazón constituye el centro neurálgico de nuestro trasegar cotidiano, y de nuestras vidas, tanto biológica, como psíquica y espiritual. Téngase en cuenta que los seres humanos somos tripartitos por creación. Estamos dotados de cuerpo, alma y espíritu. Puedes analizarlo en la siguiente cita bíblica:
«Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra (cuerpo), y sopló en su nariz aliento de vida (espíritu), y fue el hombre un ser (alma) viviernte» (Gn. 2:7).
De manera, pues, que, además del cuerpo, el ser humano consta de un alma, que constituye su personalidad, su yo; y esa alma dispone de las facultades del intelecto, de los sentimientos y de la voluntad; de otra manera no podría actuar como un ser independiente, pensante, capaz de razonar, de experimentar sus emociones y tomar sus propias decisiones con entera individualidad.
Pero el caso es que, además del cuerpo para relacionare con este mundo físico, y del alma para constituirse en una entidad humana indivual y responsable, además de eso, el hombre es poseedor de un espíritu, con el cual poder comunicarse con su Creador, espíritu que para ejercer con eficacia esta relación y comunicación, está dotado de las facultades de Conciencia, Intuición y Adoración (comunión).
En este punto, debemos declarar que la Biblia revela que todas las facultades, tanto del alma como del espíritu, las ejerce igualmente el cortazón. ¿Qué significa eso? ¿Cómo puede explicarse ese fenómeno? No es otra cosa que tanto el alma como el espíritu, tienen su asiento, centro y residencia en el corazón del hombre.