
Las crónicas de Casten (Trilogía Completa)
Una aventura de fantasía épica
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Narrado por:
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Virtual Voice
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De:
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J.J. Villarreal

Este título utiliza narración de voz virtual
Acerca de esta escucha
¡Trilogía completa! Este libro contiene los tres episodios de "Las Crónicas de Casten": Episodio I: Las Dos Niñas. Episodio II: El Amuleto. Episodio III: El Agorero.
Sinopsis: Tres investigadores. Dos asesinatos. Una secta oscura. Es un día terrible en la ciudad de Casten. Dos niñas gemelas han sido asesinadas. El terrible crimen debe ser juzgado. Así que el legendario Profesor Astarfax, la detective Dahlia y el sargento Dan investigan el caso. Pero no es un caso normal. Una secta oscura está detrás de todo, y pronto los tres investigadores se dan cuenta de que no se trata de resolver un asesinato... sino de proteger el reino entero de un mal aterrador.
Extracto:
—¿Profesor Astarfax? —se escuchó una voz.
El profesor se dio la vuelta. Tres hombres entraron a su casa, todos completamente desconocidos. Astarfax tenía una excelente memoria, rara vez olvidaba una cara. Los tres tenían sus espadas empuñadas.
Uno de ojos pequeños se introdujo.
—Mi nombre es Luz. Mis compañeros y yo hemos venido en nombre de la Secta para poner en orden las pasadas injusticias.
Hizo una pausa, como esperando que el profesor dijera algo.
En respuesta, Astarfax chupó tranquilamente su pipa.
Esto molestó a uno de los visitantes, que dio un paso al frente, pero fue detenido con una mano por Luz.
El profesor notó que los dos acompañantes del hombre de ojos pequeños no eran más que un par de jóvenes, que no rebasaban los treinta años. Los tres vestían túnicas carmesí, que parecían demasiado pesadas y calientes para el clima.
—Astarfax de Díbel, hijo de Aaronaax —prosiguió Luz.
Interesante, pensó el profesor. Hace mucho que no escuchaba mi nombre completo.
—Se te acusa de crímenes en contra de la Secta y su Orden Sagrada, y habiendo ya pasado por juicio, se te encuentra culpable de asesinato, traición y tortura. En nombre de la Secta, y con la autoridad del Sacerdote Nabié, se te sentencia a ser ejecutado por decapitación el día de mañana, en frente de la Junta.
Una pausa. Larga.
La Secta y su Orden Sagrada. Así que eran ellos. Astarfax no estaba sorprendido. Si alguien era capaz de rastrearlo y encontrarlo, eran ellos.
—¿Ya terminaste? —preguntó el profesor—. No quiero interrumpir tu bonito discurso.
—Eh, sí —respondió algo nervioso.
—Excelente —respiró hondo, negó con la cabeza y dijo: —No puedo describir la molestia, y el atrevimiento que tienen al venir hasta mi hogar para hablarme de tal manera y con tales estupideces, de cosas sin sentido y sin ninguna explicación, cuando yo estaba perfectamente tranquilo y disfrutando de una excelente noche. —Dejó la pipa sobre la mesa y continuó: —Así que les voy a dar exactamente cinco segundos para largarse de aquí... porque aún no estoy de mal humor... antes de que tenga que tomar esta espada y cortarles la cabeza a los tres, y realmente no lo quiero hacer; en verdad me encanta este lugar, y odiaría tener que recoger el tiradero que se hará con sus cuerpos.
Un momento de tensión.
—¿Podemos hacerlo afuera, por lo menos? —preguntó el profesor—. Para no manchar aquí…
No terminó de hablar, ya que los dos jóvenes de túnicas rojas se lanzaron contra él.