Deberes matrimoniales

Exposición sobre los deberes de los esposos y esposas el uno hacia el otro

De: Richard Steele

Narrado por: Virtual Voice

Deberes matrimoniales
Richard Steele

Los escritos puritanos continúan sorprendiendo por la profundidad de sus reflexiones, y esta obra de Richard Steele no es la excepción al abordar un tema de permanente relevancia. Si hubiera que identificar una causa principal de las dificultades que enfrentan los matrimonios actuales —esas complicaciones inesperadas con las que muchas parejas se encuentran sin haberlas previsto— sería precisamente esta: la falta de preparación adecuada para comprender y asumir los deberes inherentes a esta condición tan valiosa que es el matrimonio. Steele, con su característica habilidad para exponer asuntos complejos de manera clara y accesible, nos ofrece este manual como herramienta de instrucción, exhortación y ánimo en tan fundamental cuestión.

Richard Steele desarrolla este escrito sobre los deberes matrimoniales basándose en Efesios 5:33, argumentando que el matrimonio es el fundamento de todas las demás relaciones. Su tesis central sostiene que el amor del esposo y la reverencia de la esposa constituyen la esencia de todas las obligaciones conyugales.

El autor identifica nueve deberes compartidos entre los cónyuges: la cohabitación, el amor mutuo, la fidelidad, el apoyo recíproco, la paciencia, el compromiso por la salvación espiritual del otro, el cuidado mutuo, la castidad y la práctica de la oración. Estos deberes forman la base común sobre la cual se construye el matrimonio.

Para el esposo, Steele enfatiza el amor como deber particular, que debe ser permanente, excepcional y reflejo del amor de Cristo por la Iglesia: sacrificial, genuino, santo y dinámico. Este amor se manifiesta concretamente en proveer para la familia, mostrar ternura, ser ejemplo moral y ejercer la autoridad con delicadeza y respeto.

La esposa, por su parte, tiene como deber especial la reverencia, entendida como un respeto profundo que la lleva a una sujeción voluntaria fundamentada en el orden creacional. Esta actitud se expresa mediante un espíritu apacible y sereno, la obediencia y la capacidad de recibir la corrección con amor.

Finalmente, Steele establece instrucciones sumamente útiles para aquellos que desean entrar a la condición matrimonial: preservar la pureza del alma y del cuerpo, considerar la elección de pareja, estudiar los deberes requeridos en el matrimonio, entregarse en obediencia a Dios, establecer correctamente los afectos desde el principio, y entregarse a la oración.

En síntesis, se trata de un manual de ética matrimonial protestante que, si bien establece un orden definido entre los cónyuges, la compensa mediante un llamado firme a la reciprocidad: amor incondicional, piedad compartida y el ejercicio conjunto de la virtud en la vida cotidiana.